Continuamos con la elaboración de sales aromatizadas o de sabores con esta sal de albahaca, como podéis imaginar, tiene muchas posibilidades culinarias, es decir, nos servirá para aderezar muchos ingredientes aportando el toque de sabor de esta hierba aromática.
Desde una tradicional ensalada de tomate y mozzarella, a unas patatas asadas o un pescado al vapor, cualquier plato que quieras salar y aromatizar con esta hierba, lo tendrás con un paso utilizando la receta de sal de albahaca, aunque siempre se pueden añadir unas hojas frescas que den color al plato y den pistas al comensal de los sabores que va a encontrar.
Ingredientes
- 50 gramos de agua
- 10 gramos de albahaca fresca (para más intensidad de sabor, añadir más albahaca)
- 100 gramos aproximadamente de flor de sal o cristales de sal.
Elaboración
Lava y seca las hojas de albahaca, puedes incluir los tallos que también participarán en la aportación de aroma y sabor a la infusión. Pon un cazo pequeño con el agua al fuego y cuando rompa a hervir, retíralo del fuego, incorpora la albahaca y tapa, para dejar reposar unos 30 minutos o hasta que se enfríe. Pasa el agua y las hojas de albahaca por la licuadora.
Extiende en una bandeja la sal y vierte sobre ella el jugo de albahaca, la sal no debe quedar inundada, así que según la sal utilizada añade un poco más o reduce la cantidad de líquido. Deja secar en un lugar cálido, moviéndola un poco de vez en cuando, hasta que el agua se haya evaporado totalmente y dispongas de una sal de albahaca seca y aromática.
Puedes acelerar el proceso utilizando el horno a baja temperatura o dejando la sal, como ya os comentamos al hacer la sal de vino, sobre un radiador o algún elemento que desprenda calor.
Si deseas darle más color a la sal de albahaca, puedes utilizar tinta alimentaria de color verde añadida al jugo para que proporcione a la sal la tonalidad deseada. Sobre el tipo de sal a utilizar, todo dependerá de los gustos y de la presencia que se le quiera dar, pueden ser escamas de sal, sal gruesa, sal fina…