La rosa de Damasco o rosa damascena es una flor emblemática cuyo cultivo se remonta a la antigua Persia. Esta flor es reconocida por su intensa fragancia y por ser un ingrediente destacado en la gastronomía, especialmente en la cocina de Oriente Medio, Asia y Europa, siendo su uso culinario algo más que un simple adorno floral, ya que sus pétalos y extractos proporcionan un toque distintivo a una gran variedad de platos, postres y bebidas.
La rosa de Damasco tiene una gran relación con la historia de la perfumería, pero también con la gastronomía. Originalmente se cultivaba en Persia (lo que es ahora Irán) y como es fácil deducir, su nombre procede de Damasco (Siria), una de las ciudades más antiguas del mundo que era famosa por el comercio de especias y flores, de hecho, se cree que fue en esta región donde la flor comenzó a utilizarse, tanto en el mundo de la perfumería como en el de la cocina.
Con el paso de los siglos la popularidad de la rosa damascena se expandió a otras culturas, comenzando a ser cultivada en países como Turquía, Bulgaria, Marruecos, además de otros países del Oriente Medio Oriente. En estos países la rosa se convirtió en un símbolo de lujo y sofisticación, siendo parte fundamental de la cultura culinaria, de las celebraciones y los rituales.
Usos culinarios de la rosa de Damasco
En la gastronomía, la rosa damascena se utiliza de diversas maneras, se extrae su contenido líquido mediante la destilación de sus pétalos y este extracto es uno de los ingredientes más habituales en la cocina, siendo un componente esencial en la preparación de dulces y postres. Por ejemplo, en la cocina india se utiliza para aromatizar platos como el gulab jamun, un dulce tradicional que se elabora con leche en polvo o leche condensada. En este dulce se forman unas bolas que se fríen y posteriormente se sumergen en un almíbar de azúcar aromatizado con agua de rosa de Damasco, cardamomo o azafrán. En la gastronomía árabe se utiliza para hacer baklava, postre tradicional que se elabora con capas de masa filo rellenas de frutos secos y bañados con almíbar de azúcar, miel o extracto de rosa damascena.
Como decíamos, La rosa damascena es un ingrediente popular en la creación de postres, su esencia floral se combina con la dulzura de los almíbares y mermeladas, por lo que se crea un contraste perfecto con los ingredientes más pesados de los postres tradicionales. Otro ejemplo clásico es la crema mahalabia, un pudín dulce de textura suave y consistente que se elabora principalmente con leche, azúcar y almidón (generalmente de maíz) y que en ocasiones se aromatiza con esencia de rosa de Damasco o agua de azahar (extracto aromático obtenido de las flores del naranjo amargo). En ocasiones se decora con frutos secos como los pistachos o las almendras.
Uno de los postres más famosos en Turquía es el lokum o «delicia turca», un dulce gelatinoso que se elabora principalmente a base de azúcar, almidón (generalmente de maíz o fécula de patata) y que se cubre con azúcar glas y en ocasiones se aromatiza con agua de rosa damascena para otorgarle ese sabor único y sofisticado. De forma similar, en la cocina persa se utiliza el extracto de rosa en la preparación de saffron rice (arroz con azafrán), lo que le otorga una fragancia floral que acompaña perfectamente el arroz sazonado con azafrán.
La rosa de Damasco en bebidas aromatizadas
La rosa damascena también juega un papel importante en las bebidas, por ejemplo, el té de rosa, que es muy popular en diversas culturas y en especial en Irán, donde se toma por su aroma, sabor y beneficios para la salud. Esta bebida es conocida por sus propiedades antioxidantes y se suele considerar relajante, que favorece la digestión y alivia el estrés. En los países árabes esta variedad de té se mezcla en ocasiones con menta para crear una infusión refrescante y aromática. A esto hay que añadir que se pueden crear cócteles exclusivos con un toque floral, usando extracto de rosa de Damasco para realzar el sabor.
Además de su uso en la cocina y las bebidas, la rosa damascena tiene una larga tradición como remedio natural. Se cree que el aceite esencial tiene propiedades relajantes y antiinflamatorias, favorece la hidratación de la piel, reduce su enrojecimiento, etc. La rosa de Damasco o rosa damascena es, sin duda, un ingrediente único que ha trascendido desde su uso como simple decoración floral, para convertirse en un componente esencial de la gastronomía de múltiples culturas.
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