Los éteres de difenilo polibromados (PBDE) son compuestos que se han utilizado como retardantes en tejidos y plásticos para hacerlos menos inflamables desde la década de los años 70, pero con los años se demostró que eran contaminantes medioambientales y fueron regulados a nivel internacional en el año 2004 para que tuvieran menos presencia en el medioambiente. El caso es que estos contaminantes pueden estar presentes en el aire, el agua, el suelo y los alimentos, especialmente en los de origen animal como el pescado, la carne y la leche.
El caso es que la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha dado a conocer las conclusiones de sus dictámenes científicos sobre los riesgos para la salud asociados a los éteres de difenilo polibromados en los alimentos, que han sido sometidos a consulta pública. La EFSA explica que se han realizado investigaciones con animales y se ha llegado a la conclusión de que estos compuestos pueden afectar negativamente al sistema nervioso y al sistema reproductivo.
A raíz de los resultados de las investigaciones, el panel científico de la EFSA sobre contaminantes de la cadena alimentaria (CONTAM) recomienda que se continúe monitoreando la presencia de los PBDE en los alimentos, además de solicitar más datos sobre su presencia en las fórmulas infantiles, y sobre cómo se transfieren de la madre al bebé durante el embarazo y la lactancia.
En el año 2011 la EFSA llevó a cabo un estudio sobre la presencia de estos contaminantes en casi 4.000 muestras de alimentos proporcionados por 11 Estados Miembros de la Unión Europea. En un principio se consideró que la exposición a los contaminantes presentes en los alimentos, no debería plantear un problema de salud, pero se advertía que en el caso de algunos de estos compuestos, como el BDE-99, tenían un riesgo potencial para los consumidores jóvenes. El nuevo estudio que ha tenido en cuenta todas las investigaciones realizadas desde el año 2011, apunta que los contaminantes representan un riesgo para la salud de los consumidores en todos los grupos de edad.
La Unión Europea trabaja para reducir los riesgos derivados del uso de los bromados (BFR), algunos de estos elementos tienen un uso restringido o directamente están prohibidos, pero dada la persistencia que tienen en el medioambiente y teniendo en cuenta que se han utilizado durante décadas, existen serias preocupaciones sobre los riesgos que representan para la salud. Por otro lado, se trabaja para que los retardantes de llama aromáticos bromados, estén sujetos a restricción en toda la UE, ya que con ello se reduciría el riesgo de exposición a los seres humanos.
Los retardantes de llama bromados son mezclas de sustancias químicas artificiales que suelen ser comunes en plásticos, textiles y aparatos eléctricos y electrónicos. Hay cinco tipos principales, Éteres de difenilo polibromados, Hexabromociclododecanos (HBCDD), Tetrabromobisfenol A (TBBPA), Bifenilos polibromados (PBB) y un grupo formado por otros retardantes de llama bromados. Se han realizado varios estudios sobre cada grupo, y con cada nuevo estudio, los resultados obtenidos apuntan a realizar una mayor restricción del uso e incluso a prohibirlos.
La EFSA muestra los resultados de las investigaciones recientes e invita a las partes interesadas a enviar sus comentarios antes del 20 de julio de 2023 a través de esta consulta pública, seguramente participará sobre todo la industria que se dedica a la elaboración de estos productos y algunas organizaciones que quieren que se impongan más restricciones. A lo largo de los años, hemos visto como la EFSA ha ido cambiando las consideraciones sobre algunos compuestos, aditivos, etc., pasando de considerarse seguras a ser un riesgo o prohibirlas, este es un proceso lento y ante lagunas de conocimiento, pocas veces se aplica el principio de precaución cuando aparecen unos primeros estudios que apuntan sobre posibles riegos.
En fin, tras el periodo de consultas, conoceremos las recomendaciones oficiales que serán trasladadas a la Comisión Europea.
Foto 2 | Jennifer C.