Los aditivos aromáticos de ahumados (aromas de humo) son una alternativa al proceso de ahumado tradicional que tiene el cometido de conservar por más tiempo algunos alimentos como el pescado, la carne o algunos productos lácteos, además, cambia el sabor de estos productos. Sobre los mencionados aditivos, la EFSA ha realizado una revisión que será de interés para quienes se preocupan por el contenido de ciertos aditivos en los productos alimenticios.
En el mercado podemos encontrar diferentes productos que integran los aditivos aromáticos ahumados, carnes, lácteos, salsas, productos de confitería, sopas preparadas, sales, aceites, etc. Evidentemente, estos aromáticos ahumados no tienen la misma función de conservación que ofrece el ahumado tradicional, simplemente se añaden para satisfacer a un segmento de los consumidores a los que les gusta este sabor. Pues bien, en esta ocasión la EFSA ha evaluado la seguridad de ocho aditivos aromáticos de ahumados que están presentes en el mercado comunitario, y cuya autorización de uso debía renovarse.
Según la legislación comunitaria, los aditivos deben ser sometidos a una evaluación de seguridad antes de ser introducidos en el mercado, y los que ya cuentan con una aprobación, deben ser reevaluados antes de que concluya el permiso de uso. Los ocho aditivos han estado presentes en el mercado en los últimos 10 años, por ello los fabricantes han solicitado a la CE la renovación del permiso de uso por otros 10 años. Hay que destacar que el fabricante de dos de los aditivos de este grupo no ha solicitado la renovación del permiso de uso.
La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) explica que según las evidencias científicas disponibles hasta la fecha, no se han podido descartar las preocupaciones sobre la genotoxicidad, capacidad para dañar el ADN de las células y por tanto, de incrementar el riesgo de desarrollar patologías como cáncer y enfermedades hereditarias. La agencia apostilla que para este tipo de toxicidad no es posible definir un nivel de consumo seguro.
En una evaluación realizada en el año 2009 y dada a conocer en el año 2010, la EFSA concluyó que el abuso de determinados alimentos que contienen este tipo de aditivos, podría provocar riesgos de toxicidad y daño celular, y en aquel entonces se revisó la seguridad de once aditivos aromáticos de ahumados. También se realizó otra evaluación en el año 2012 con resultados similares, y en ambos casos se informó a la Comisión Europea y a los Estados miembros de la UE, para que decidieran si autorizaban su uso.
En las dos evaluaciones (2009 y 2012) se identificaron problemas de seguridad para la mayoría de los aditivos aromáticos de ahumados, sobre todo en relación a la ingesta máxima tolerable diaria que se puede considerar segura. Por ello, la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE revisaron los niveles de uso propuestos por los fabricantes, y permitieron su uso en los alimentos, pero de un modo más limitado.
En la nueva revisión los expertos de la EFSA han utilizado una metodología actualizada en 2021 para evaluar los nuevos datos presentados por los fabricantes solicitantes. Si en uno de los aditivos se confirmaba que un solo ingrediente o componente era genotóxico, el aditivo en sí se consideraría genotóxico, esta es una aclaración bastante obvia. Según la evaluación, seis de los ocho aditivos contenían sustancias genotóxicas, lo que supone un problema de seguridad para la salud de los consumidores. De igual modo, tampoco se descartaron problemas de seguridad para los dos aditivos restantes por falta de datos.
Por tanto, la EFSA concluye que puede existir un riesgo elevado de efectos nocivos por el consumo de los aditivos aromáticos de ahumados, ya que se estarían consumiendo sustancias genotóxicas. Pero parece que la agencia quiere seguir permitiendo que se sigan utilizando estos aditivos, ya que comenta que la probabilidad de que surjan estos efectos en la salud depende de varios factores, los hábitos alimentarios, la genética… La agencia explica que no ha investigado la posibilidad de que se produzcan efectos nocivos como resultado del consumo de alimentos que contienen estos aditivos.
Se asegura que la EFSA adopta un enfoque conservador en sus evaluaciones, es decir, considera los peores escenarios para estimar los peligros y riesgos. ¿Y cómo lo puede hacer? Le faltan datos, no ha llevado a cabo algunas evaluaciones necesarias, y se puede observar que no aplica el principio de precaución, principio que es base esencial de una política de salud para el medio ambiente y los consumidores.
La EFSA recomienda seguir una dieta variada y equilibrada para reducir la probabilidad de exposición a riesgos alimentarios, ya que se reduce el consumo de alimentos que pueden contener este tipo de aditivos. Y tras haber realizado la evaluación, ahora se procede a trasladar los informes a la Comisión Europea y a los Estados miembros para que decidan, y es muy probable que el permiso de uso sea renovado.
Lo cierto es que no se trata de dar consejos, si se han encontrado ingredientes genotóxicos en los aditivos, se deberían prohibir o al menos limitar mucho más la ingesta máxima, ya que no se puede evitar que algunos consumidores abusen de determinados alimentos con sabor a humo, y por tanto, no se puede garantizar la seguridad alimentaria. A través de la página oficial de la EFSA, podréis conocer más detalles sobre la evaluación realizada.
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