Hace unas semanas, seis de las grandes compañías alimentarias presentaban un proyecto para poner en marcha un etiquetado semáforo basado en las raciones recomendadas del producto, en lugar de en los 100 gramos o 100 mililitros establecidos en otras etiquetas semáforo. Organizaciones como Foodwatch denunciaban el etiquetado, ya que se consideraba que sus criterios son laxos y se podían considerar engañosos, un producto que con cualquier otro etiquetado semáforo aparecería con puntos rojos debido a su contenido en azúcar, sal, grasas, etc., con el nuevo etiquetado se mostraría libre de estas advertencias, haciendo creer al consumidor que es más saludable.
Coca-Cola, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo y Unilever presentaron este nuevo etiquetado semáforo a conveniencia con el eslogan “Promover dietas más saludables a través de un etiquetado nutricional evolucionado”, pero la verdad cae por su peso, a la denuncia de Foodwatch se suma la retirada de Mars de esta iniciativa, sin duda, un varapalo para las compañías que respaldan este modelo de etiquetado. Además de retirarse, solicita a la Comisión Europea que desarrolle una regulación obligatoria en igualdad de condiciones e introduzca una etiqueta nutricional que se aplique en todos los países comunitarios.
Dada la diferencia de opiniones de las partes interesadas sobre el correcto enfoque del etiquetado nutricional, Mars pide a la Comisión Europea que realice un balance de la situación y junto a los estados miembros de la UE, desarrollen un reglamento que armonice el etiquetado interpretativo. Con ello se garantizará la igualdad de condiciones para las empresas proporcionándoles seguridad jurídica, esto se lograría con efectividad mediante un proceso transparente e inclusivo a nivel comunitario que fuera liderado por la CE, los países miembros, las asociaciones de consumidores, la industria alimentaria y los organismos de salud pública.
Para Mars, uno de los promotores de este etiquetado semáforo a conveniencia, resulta evidente la falta de consenso y credibilidad, pero nos extraña que se dé cuenta ahora y hace sospechar que su retiro se debe a las denuncias recibidas sobre el carácter engañoso del etiquetado. Si organizaciones como Foodwatch no hubieran alertado sobre este burdo engaño, quizá Mars seguiría respaldando el modelo propuesto cuyo procedimiento es claramente favorable a la industria y le permite seguir ofreciendo productos con un alto contenido en ingredientes que no son saludables.
Para que quede claro, volvemos a citar como ejemplo el caso de Nutella, si se utiliza el etiquetado semáforo de la FSA (Food Standards Agency, Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido), este producto aparecería con tres puntos rojos por su elevado contenido en grasas, grasas saturadas y azúcar, algo que podéis ver en la ilustración sobre estas líneas. Con el modelo de etiquetado propuesto por la industria, en el etiquetado de Nutella no aparecería ni un solo punto rojo. No es lo mismo calcular en base a una ración de 15 gramos recomendada, que en base a los 100 gramos de producto, pero, ¿cuántas personas cumplirían la ración recomendada? Como decíamos entonces, pocas personas a las que les gusta la Nutella tomarían esta insignificante ración y lo mismo ocurriría con otros muchos productos cuyo carácter saludable es cuestionable.
Las compañías alimentarias que siguen abogando por un etiquetado semáforo basado en las raciones recomendadas del producto, comentan que respetan la decisión de Mars (aunque no lo reconozcan, les ha caído como un jarro de agua fría), pero consideran que su modelo de etiqueta nutricional es una contribución importante para identificar una solución europea. Aunque en esta ocasión cambian algo su discurso y ahora reconocen que existen puntos de vista divergentes sobre el tema, siguen pidiendo que otras compañías respalden el modelo de etiquetado que proponen.
Continúan argumentando que su modelo de etiquetado es sencillo, fácil de entender y basado en una información realista, el tamaño de las raciones, por lo que realizan un llamamiento a la CE para que defina las raciones estándar de los productos. Si esto se llevara a cabo, habría que criticar a la CE por correr y atender las peticiones de la industria, sobre todo sabiendo que se lleva años solicitando que publique los perfiles nutricionales como único camino para eliminar del mercado las declaraciones falsas de alimentos.
Por su parte, Foodwatch invita a que otras compañías sigan el ejemplo de Mars y que no respalden el intento de desinformación que promueven las compañías alimentarias que abogan por un etiquetado semáforo basado en las raciones.
Foto 2 | Foodwatch