En estos últimos años estamos viendo una evolución positiva en el sector de la hostelería de nuestra zona, muchos ya sabéis que nos encontramos en la Costa del Azahar, en la provincia de Castellón, donde ya llevamos más de diez años. Desde que llegamos aquí, lo que más nos habíamos encontrado era lo que comúnmente (y lamentablemente) se ve en muchas ciudades turísticas, restaurantes que no cuidaban lo que pasaba por sus manos. Pero poco a poco se está tejiendo una interesante red de locales en los que hay gastronomía, hay producto, hay pasión, hay juventud, hay experiencia, hay ganas…
Y nos gusta que se conozca este cambio en positivo de la gastronomía y la restauración de localidades como Vinaròs, Peñíscola o Benicarló, donde ya brillan estrellas de la Michelin, pero, lo más importante, donde ya vuelve a haber restaurantes de los que sales satisfecho y con la seguridad de que vas a volver. Uno de los últimos que visitamos fue el restaurante Mar Blava de Benicarló, y debemos decir que no era la primera vez. Este restaurante se inauguró en el verano del año 2015 en un lugar privilegiado.
Ese año fuimos a cenar un par de veces (solemos dar dos oportunidades antes de valorar un restaurante), pero ya no quisimos volver. Hasta que este año nos comentaron que había habido cambios y que merecía la pena probar. No sabéis lo que nos alegra tener restaurantes que nos gusten en nuestro entorno, en los que podemos disfrutar de buenos productos del territorio (que de eso en esta zona estamos sobrados) y de las manos profesionales de un cocinero con ganas, con humildad, con ambición…
Carlos Miralles Vericat es el chef del restaurante Mar Blava, y el responsable de que la experiencia en este restaurante no sólo sea positiva por tener unas magníficas vistas, es un lujo comer frente al mar azul, deslumbrante de día, y destellante de noche. Este joven cocinero formado en las escuelas de hostelería de Benicarló y Castellón, ha regresado a casa después de curtir su experiencia profesional en grandes cocinas como la del desaparecido Racó de Can Fabes ***, El Celler de Can Roca ***, Restaurante Disfrutar **, Restaurante L’Escaleta ** , Restaurante El Fogón * (París), y también en otros apreciados restaurantes como Vinomi (Girona), Tancat de Codorniu (Les Cases d’Alcanar), Parador Nacional de Benicarló, Hacienda Na Xemena (Ibiza)…
El caso es que los propietarios del restaurante Mar Blava, con el objetivo de ofrecer una mejor experiencia al comensal, decidieron iniciar esta, su quinta temporada, contando con el asesoramiento del cocinero Luis Arrufat (también castellonense, exbulliniano y docente en Basque Culinary Center), e incorporando como jefe de cocina a Carlos MirallesVericat (@quequicomquan). Sin duda, le han dado la vuelta a la tortilla, ahora el boca a boca sólo transmite cosas positivas, incluso por parte de sus colegas de profesión.
Esta puede ser una de las causas que han llevado a tomar ciertas determinaciones sobre el futuro del restaurante, empezando porque dejará de ser un ‘restaurante de verano’, a partir de ahora, el restaurante Mar Blava by Vericat no cerrará en invierno, lo que nos permitirá disfrutar de un rico escenario gastronómico en la Mar Xica de Benicarló todo el año. Será más que interesante ver evolucionar su carta con los productos de temporada, insistimos, esta es una zona privilegiada en este aspecto, tanto por los productos del mar como por la nutrida huerta.
En la galería de imágenes, y entre estas líneas, podéis ver parte de la oferta culinaria que tiene Carlos Miralles Vericat en su carta, ofrece una cocina mediterránea fresca, con algunas pinceladas de cocina fusión, creativa, sin estridencias, sensata y lógica, con gusto y, en general, con equilibrio. Como cortesía de la casa, empezamos con unos aperitivos compuestos por tres bocados, un buñuelo de bacalao jugoso y rico, una bolita de refrescante melón con jamón y una aceituna líquida, la ya clásica esferificación de aceituna. Una buena forma de empezar.
Como entrantes fríos, elegimos una ensalada de Tomate del Maestrazgo, ventresca de atún, aguacate y piparras que nos encantó, aquí manda el producto. Mientras que en el saber hacer del cocinero está el éxito del Steak tartar ahumado con su toque valiente, que como veis, llega a la mesa tapado con su campana llena de humo. También tomamos un entrante caliente, el Pulpo con patata chafada, aceite de oliva, kimchi y rúcula.
El pulpo es uno de los platos que solemos pedir siempre que lo vemos en una carta, pero normalmente, cuando no es pulpo ‘a feira’, es a la parrilla o a la brasa. Pues aquí tenemos otra propuesta con sus pinceladas de cocina fusión, pues el pulpo está glaseado con la salsa kimchi, otorgándole un sabor intenso, a guiso especiado. Y antes de pasar a los platos principales, probamos un plato recomendado que pronto dejaría de ofrecerse, las Navajas al hinojo y trufa de verano, sólo tenemos que decir que desafortunados los que ya no lo puedan probar, y que, si lo ponen en la carta, será un éxito.
En cuanto a los platos principales, tomamos el Lomo de atún rojo en tataki con cerezas, ponzu y lima, un buen pescado, en su punto de cocción, y deliciosa su combinación con la salsa y las cerezas. Pero más sabrosa estaba la Costilla ibérica a baja temperatura con reducción de miel, tierna y melosa, aunque pecaba ligeramente de un exceso de miel.
Culminamos con dos postres que también delatan la experiencia del personal de cocina en esta área. Uno a base de chocolate, como no podía ser de otra forma. El plato se llama Chocolate a la 4ª (creemos recordar), y es un juego de texturas para chocoadictos como nosotros. El otro postre es el Coulant de avellanas, después supimos que es el postre estrella de Mar Blava, y no es de extrañar, porque es magistral. No mencionamos el helado de amapola que lo acompañaba porque lo hubiéramos preferido en un plato aparte.
En cuanto a los precios de la carta del restaurante Mar Blava, hay que decir que están muy ajustados, y que no aprovechan la ubicación del local, ni la posibilidad que dan de disfrutar de una zona ‘lounge’ con las mismas vistas y el estupendo ambiente para los apasionados de la playa y del mar. Esta comida, con vino por copas y cafés, no llegó a los 90 euros. Ahora tenemos que hacer ‘la prueba de los arroces’ que, al parecer, también son muy buenos. Por cierto, también está la posibilidad de degustar un menú cuyo precio ronda los 25 euros, así que no hay excusa para darse un homenaje y disfrutar de una comida o cena frente al mar azul. Si os acercáis, ¡avisadnos!
MAR BLAVA
Partida del Riu 24
12580 Benicarló (Castellón)
TLF: 693 75 35 84
info@marblavabenicarlo.com