El Restaurante La Criolla fue el primero que visitamos tras la llegada a la capital de Castilla y León, un lugar que conocimos el año pasado y no dudamos ni un momento en volver a visitar. Regenta La Criolla Paco Martínez, quien inició su andadura en los fogones de este restaurante con un comedor con seis mesas.
Hoy el Restaurante La Criolla alberga nada menos que siete comedores y una terraza de verano. Cada comedor de éste, uno de los restaurantes de referencia en Valladolid, está dedicado a una personalidad ilustre de la ciudad, como la bailarina Marienma, el escritor Miguel Delibes, la actriz Lola Herrera o la escritora Rosa Chacel entre otros.
La barra del Restaurante La Criolla es también una de las que mejores tapas y pinchos sirven en Valladolid y que además Paco Martínez se ha presentado en varios concursos. En 2004 ganó el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid con un pincho que veréis a continuación, pues lo pudimos degustar y disfrutar.
La cocina que el chef vallisoletano nos ofrece en su casa es una cocina basada en la materia prima de temporada y de calidad, en la despensa de la región, en los platos tradicionales convertidos sutilmente a la vanguardia.
La Criolla es un restaurante por el que han pasado y pasarán grandes personalidades de todos los ámbitos, la calidad profesional y humana de Paco Martínez atrae a los comensales que quieren disfrutar de la buena mesa y se le conoce internacionalmente, ya que ha sido en varias ocasiones cocinero del Comité Olímpico Español, desde Atlanta en 2006, pasando por Sydney en el 2000, Atenas en 2004 y recientemente en Pekín.
Nos quedamos con una de las frases que nos dijo Paco sobre el trato que mantiene con quien le visita en su casa o con quien degusta su cocina allí donde vaya, una filosofía que permite conocerle un poco más y que por supuesto, se percibe: “A los Reyes hay que tratarlos como clientes y a los clientes como Reyes”.
Lo que cenamos en La Criolla nos ubicó totalmente en Valladolid aún recién llegados, empezamos con una Tabla de Ibérico acompañada de Pan de Valladolid ligeramente tostado, no hace falta definir el plato pero sí la ración, como en el resto de platos, muy generosa.
Fue continuación cuando degustamos el pincho ganador en 2004 del certamen que nos encontramos cubriendo estos días, el Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid.
Se llama Bombón de serie y se traduce en el paladar como un bocado sabroso, suave y exquisito también en texturas, con una base de calabacín al dente, verduritas pochadas y una cúpula de salsa holandesa gratinada. Comprendemos que se mantenga durante tantos años en la carta.
Y fuimos directos a por el lechazo, un cuarto de lechazo, seguro que muchos de vosotros habéis podido disfrutar de un asado como este en Valladolid o cercanías, es un manjar del que hay que disfrutar siempre que podamos, una calidad en la carne con mayúsculas, y también en la elaboración con su característica corteza crujiente aguardando la jugosidad de la carne.
Finalizamos la cena con un Helado de queso y coco delicioso, un postre muy apropiado para después de tan suculenta cena. Y no nos podíamos ir sin tomar de nuevo el café de puchero con su orujo, auténtico e inmejorable.
En la página web del restaurante La Criolla podéis ver la carta, todos los platos que se pueden degustar y sus precios. Nuestra recomendación es que encontréis un momento para sentaros en uno de los comedores de este restaurante y os dejéis agasajar con su ambiente, sus aromas y sus sabores, también repetiréis.