Hace poco más de un año se inauguraba en el Paseo de la Castellana, en pleno centro de Madrid, un establecimiento del reconocido chef navarro Pedro Larumbe basado en el concepto del gastrobar, El Plató de Pedro Larumbe. Desde entonces lo teníamos en mente cada vez que visitábamos la capital, y finalmente el pasado sábado pudimos ir a comer al Restaurante El Plató.
Ya conocíamos el local, un espacio amplio (mayor aún en verano cuando se abre la terraza), con grandes cristaleras que iluminan una decoración actual, el rojo, el negro y el blanco son los colores predominantes que le aportan ese toque chic, elegante y sofisticado. Cuenta también con una barra que armoniza con su entorno, de día sugiere la degustación informal de aperitivos y tapas, de noche es el espacio ideal para disfrutar de los cócteles y combinados, otra especialidad del Restaurante El Plató, de hecho, este gastrobar se define como Restaurant & Lounge Bar.
Pedro Larumbe y su equipo nos ofrecen un espacio de tapeo tradicional actualizado, basándose en la calidad del producto, en bordar las técnicas y puntos de cocción tradicionales, y en aportar la elegancia y creatividad que le caracteriza. El éxito se manifiesta al ver las mesas llenas, y el ir y venir del servicio de sala, dirigido por Guillermo Jaime, con nuevos platos, puntual, correcto, a la altura de lo esperado o más.
Pero quizá lo apropiado es que veáis los platos que degustamos y después opinéis sobre el resto vosotros, cuando un día de estos acudáis al Restaurante El Plató, donde cabe destacar que se mantienen buenos precios, excelentes en relación a cantidad y calidad. Se ofrece la posibilidad de degustar medias raciones o raciones completas, recomendamos elegir las primeras, pues son muy generosas y dan la posibilidad de probar más platos, siendo sus precios de entre 4 y 9 euros, dependiendo del valor de la materia prima.
Recién inaugurada la estación más calurosa del año, hay un amplio abanico de posibilidades de disfrutar de bocados refrescantes, ligeros, sabrosos… La carta del Restaurante El Plató está en constante movimiento según la temporada y según lo que ofrezca el mercado, algo necesario además en un establecimiento en el que hay clientes que acuden a diario, pudiendo así disfrutar todos los días de un bocado nuevo.
Nosotros realizamos una degustación de medias raciones entre las que se encontraban algunas de las elaboraciones emblemáticas de este local, a continuación las veréis, pero para empezar nada mejor que abrir boca con un Gazpacho, muy cremoso, como nos gusta, fresco y equilibrado, y acompañado con sus correspondientes crudités.
Nuestra ensaladilla rusa con espuma de mahonesa de oliva, es uno de los platos estrella del local, merecido, es un entrante refrescante como siempre hemos considerado, muy alejado de ensaladillas grasientas que bañan patatas perfectamente cuadradas en mayonesa. La ensaladilla de El Plató es sabrosa, jugando a ganar con el equilibrio de sus ingredientes, y con una espuma de queso que además le anota un tanto positivo.
Menos equilibrio de sabores había en el Cilindro de salmón ahumado con brandada de bonito y pulpo con mayonesa, pero es lo que tiene el intenso sabor del salmón. La brandada resultaba suave y rica, y el pulpo con pimentón nos introdujo aún más en el mar de los sabores. Pero en seguida pasamos a la tierra para disfrutar de unas Croquetas de jamón caseras, compactas y jugosas, además del jamón encontramos un punto de sabor a queso que nos pareció incluir el crujiente rebozado.
Nos encantaron los Espárragos verdes fritos en tempura con pesto, salsa teriyaki y sésamo, ensartados en una brocheta, disfrutamos de unos espárragos de Navarra frescos, tersos y con una resistencia exquisita al masticar, crujientes y aderezados con mucho gusto.
Finalizamos los entrantes con unas Migas del pastor sobre huevo asado y espuma de queso, muy buenas, las finísimas migas crujientes emanaban suavemente la chistorra que, combinando con el resto de la copa, proporcionaban un bocado sabroso y cremoso al paladar.
El pescado azul del día era el chicharro, Tacos de pescado con teriyaki, tomate concasse y calabacín, muy correcto en puntos de cocción y en sabor. También degustamos los Chipirones con pasta fresca y mojo de albahaca, a estas alturas de la comida nos quedamos sólo con los chipirones, tiernos, tostados y sabrosos, la pasta no nos podía ofrecer más que los platos que venían a continuación.
Otra estrella de El Plató, la Hamburguesa ibérica con mostaza y salsa de queso, nos gustó, aunque su interior estaba bien rosa de la corta cocción (cosa que va con nuestro punto de degustación de la carne) y estaba bien marcada por la plancha, encontramos cierto parecido a la ‘pilota’, bola de carne picada que se hace con la sopa de galets catalana.
El último plato fue la Pluma de ibérico con pisto al oloroso, una carne muy rica y de nuevo acertada en el punto de cocción, y una guarnición sabrosa, acorde al protagonista del plato. A todo esto, el vino, una correcta carta de vinos nos permite disfrutar de éste por copas o por botellas, de nuevo con precios ajustados (entre 2’50 y 5’50 euros la copa). Tiramos para tierras del Somontano con La Miranda de Secastilla (Viñas del Vero), muy buen compañero de este menú degustación de El Plató de Pedro Larumbe.
De postre encontramos sugerentes elaboraciones, como las Filloas rellenas, la Torrija de sobao, la Isla de chocolate, pero necesitábamos algo más ligero y fresco que nos permitiera realizar una pequeña despedida dulce, muy adecuada fue la Espuma de yogur y mango.
La próxima visita a este restaurante de Madrid será un día de tarde o noche, para disfrutar después de semejante festín, de un cóctel en la terraza de verano. ¿Te apuntas?