Restaurante Almar. Gandía

La cultura de la tapa ha experimentado en los últimos años mayor interés del que por naturaleza ha tenido en nuestro país, tanto por los hosteleros como por los clientes de sus establecimientos. Ya sabemos que en unas comunidades está más arraigada que en otras, pero el hecho de ser un reclamo turístico y que ha sido y es embajadora de la gastronomía española en otros países, hace que parezca que la tapa es más tradicional y más española que nunca. También es un gran aliciente para muchos cocineros el poder dejarse llevar por su creatividad a la hora de elaborar tapas y ver los buenos resultados en la satisfacción de sus clientes. Y satisfechos salimos después de cenar en el Restaurante Almar de Gandía su Menú de Tapas.

No es que este restaurante se dedique exclusivamente a las tapas, pero resulta que lo visitamos un jueves, día en el que en este municipio de la Comunidad Valenciana se suele celebrar durante varios meses al año el ‘Destapa’t Gandia‘, una iniciativa para promocionar la cultura de la tapa y dar un impulso al sector hostelero. Conocemos varias iniciativas similares que tienen lugar en otras ciudades, como Los jueves de tapas en Valladolid, el Tapavinos de los jueves en Pamplona, los viernes en Tordesillas de Tapas…

Aunque el concepto es el ofrecer una tapa y una bebida a un precio especial, en el Restaurante Almar los jueves ofrecen un menú de tapas, y la verdad es que con una buena relación calidad-precio, el menú se compone de ocho tapas y bebida, y su precio es de 15 euros. El éxito de esta fórmula queda patente sabiendo que hay que ir con reserva previa, y lo pudimos comprobar, el local es amplio y estaba lleno.

Es un restaurante actual, con una decoración comedida, vestido con corrección y una iluminación que hace la estancia agradable. Lo más fácil es centrarse en la compañía y en los platos que se van a degustar, aunque también llama la atención la terraza (interior) que debe ser el mejor espacio para comer o cenar en los meses cálidos. Pero como os comentábamos, visitamos Gandía en un día lluvioso y no pudimos disfrutar de ese espacio, pero sí lo hicimos de la compañía y de las tapas que os contamos a continuación.

Mientras esperábamos la primera nos sirvieron los vinos, y unas patatas fritas, y las mencionamos porque estaban aderezadas con una emulsión de berberechos, con un toque cítrico y lácteo que nos encantó, vamos, que hubiéramos pedido un cuenco para mojar. Habrá que hacer algunas pruebas en nuestra cocina.

Empezando con el menú de tapas, como anécdota contaros que cómo fuimos un grupo relacionado con el mundo 2.0, los nombres de las tapas hacían alusión a este tema, como ejemplos: ‘En bandeja de entrada, correo sin leer’, ‘Pint it a la crema’, ‘Margarita version Beta’, ‘Coulant 2.0’… pero nosotros os lo contamos tal y como percibimos cada bocado, si os parece bien.

Y el primer bocado se lo dimos a un Chupa chups de pollo crujiente, ya sabéis que es una elaboración que se realiza con una de las partes del ala del ave, es su propio hueso el que hace de palito, se fríe y es una ‘golosina’ muy sabrosa y jugosa. La siguiente tapa venía en vasito, una correcta Crema de calabacín con jamón y picatostes, y un toque de aceite de trufa que llegaba con la primera cucharada a la nariz, estaba equilibrada y rica.

Nos gustó la combinación de la siguiente tapa que también venía en vaso, era una ensalada con semillas, rabanito, lechugas y brotes variados. La sorpresa llegaba casi al terminarla porque en el fondo se posaba un cremoso y suave hummus. La pena fue la poca comunicación del camarero que atendía nuestra mesa, si nos hubiera explicado cada tapa (cuando le preguntábamos sí respondía amablemente) y si se recomendaba tomarla de alguna forma en particular, por ejemplo en este caso, mezclando con la salsa que estaba en el fondo, la hubiéramos disfrutado más.

Nuestra tapa favorita fue la Coca de pulpo a la brasa. Sobre una base de pan tipo focaccia se extiende una cremosa brandada de bacalao y el pulpo braseado en rodajas muy finas, se completa con el asadillo, una cremita de tomate y pimiento (bajo el pan), además de unas habas frescas y canónigos. Una verdadera delicia para tapear, al menos varias, veces a la semana.

La siguiente tapa era una fritura de chorizo envuelto en pasta brick, se acompañaba de una crema de queso a las hierbas que suavizaba el bocado. Otra de las tapas estrella del menú fue el Chipirón relleno de berenjena, piñones y chalota acompañado de una salsa de rúcula, muy equilibrado en sabores, muy agradable en texturas.

Para terminar con las tapas saladas nos sirvieron un plato de pasta para compartir, Margaritas con manzana y queso, muy rica, resultaba un plato refrescante al final, al degustar la manzana fresca ácida, preparándonos para un postre que siempre triunfa, un Coulant de chocolate perfecto.

Nos parece interesante destacar lo más importante de lo que pudimos percibir en esta cena, la buena cocina que se practica en el Restaurante Almar, todos los platos o tapas, con más o con menos técnica y elaboración, resultaban equilibrados y coherentes, estaban en su punto de cocción, y a pesar de que éramos un grupo grande y el local estaba lleno, todas las tapas llegaban en su punto de temperatura.

No pudimos hacer menos que entrar en la cocina para felicitar a la chef, Almudena, entonces nos convenció aún más de lo que ya pensábamos, adora cocinar y disfruta creando platos de cocina mediterránea con toques creativos con los que sorprender y deleitar a los comensales. Realiza una cocina honesta, reconocible a la par que nueva para muchos paladares, generosa, merece la pena volver para conocerla un poco más.

Restaurante Almar
C/ Morán Roda, 3 46702 Gandia
Teléfono 96 286 54 35
www.restaurantealmar.com

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