El mundo es un pañuelo, parece que es el tiempo o destinos de ocio, turismo o trabajo, los que unen a personas (afines en algún aspecto) que antes han estado cerca pero no se han conocido. Otras veces sucede diferente, pero no es el caso de lo que os contamos hoy. Hace unos meses, en el viaje a Tudela conocimos a Xesco Bueno, lo conocimos como autor del blog Gastromimix, pero entrando en la conversación supimos que además de blogger es cocinero (y menudo cocinero), desempeñando su labor en el Restaurant Ca L’Esteve, ¡vaya, pero si somos del municipio de al lado!
Ahora no residimos en Barcelona, pero sí hasta hace pocos años, la de veces que hemos pasado por delante del restaurante que conocemos de toda la vida, de niños con nuestros padres, de adolescentes con nuestros amigos… pero curiosamente no lo habíamos visitado. En nuestro encuentro en Tudela acordamos con Xesco que le visitaríamos en uno de nuestros viajes a Barcelona, y fue el pasado sábado cuando al fin conocimos el Restaurant Ca L’Esteve.
El Restaurant Ca L’Esteve es un establecimiento familiar que han ocupado hasta ahora cinco generaciones. El edificio principal de Ca L’Esteve (pues como veréis a continuación es mucho más que un restaurante) es una antigua masía, enorme, con muchísimos rincones en los que se pueden descubrir huellas de su historia, paseando por algunos de ellos de pronto te sientes en casa de la familia (de tu familia), amplios comedores, salones para celebraciones, bodega… en la galería de imágenes podéis ver algunas de estas estancias, el resto queremos que vayáis a descubrirlas vosotros.
Dado que fuimos de noche al Restaurant Ca L’Esteve, no pudimos hacer ruta exterior de esta casa familiar, porque hay para hacerla, además del restaurante, junto a la masía tienen el Bar Ca L’Esteve, pistas de tenis y seguramente algún servicio más que ahora se nos escapa. Y al otro lado de la carretera, como podréis ver en una de las fotos de la galería, foto elaborada a un cuadro que prende de las paredes del restaurante, se encuentra el huerto, las viñas y el Celler Ca L’Esteve.
Podríamos decir que Ca L’Esteve ha sido tomado como ejemplo por los ‘ecochefs’ que tan de moda están hoy en día, aunque éstos todavía no alcanzan el nivel de autoabastecimiento de este restaurante familiar, imaginad, tomates, patatas, judías tiernas, calabazas, berenjenas, pimientos, melones… y hasta el vino (y quizá en un futuro cercano aceite de oliva), pudimos degustar dos grandes vinos del Celler Ca L’Esteve, además con D.O. Catalunya. Lo que no da su tierra está en manos de otros miembros de la familia, véase el pollo de corral que cenamos, entre otras materias primas. Y qué mejor forma de que el comensal lo disfrute que cayendo en las manos de Xesco, aún no os hemos comentado que también fue profesor de cocina de la Escuela Hofmann.
En estos momentos se encuentran dos generaciones de la familia Esteve en el restaurante, cada uno con sus funciones, unas se ven más y otras se ven menos, pero todas son igual de importantes. Son los más jóvenes de la familia los que conducen de forma admirable el restaurante, como os comentábamos, Xesco es el jefe de cocina, su mujer, María Esteve, es el alma del buen desarrollo de todas las funciones y de hacer que el comensal disfrute de la estancia en su casa, su hermana Montse lleva la partida de postres y su hermano Esteve es un impecable jefe de sala, aunque nosotros no lo pudimos conocer esa noche.
Nos sentimos muy afortunados de poder seguir adentrándonos en la historia de una familia placenteramente entregada a su profesión, sentándonos en la mesa con Xesco y María y descubriendo aún más nexos de unión, la anterior corta distancia mencionada incluía muchos amigos en común, la velada fue estupenda, pero lo que os queremos mostrar es de lo que se puede disfrutar en el Restaurant Ca L’Esteve.
Obviamente, nos dejamos recomendar por los anfitriones, queríamos probar la cocina que identificara al restaurante y lo que en estas fechas permitía la carta de recomendaciones según lo que la huerta proporcionaba. Este restaurante funciona con una carta que se cambia dos veces al año, en verano y en invierno, pero lo que para muchos de nosotros puede resultar más atractiva es la carta de recomendaciones, pues es la que dirige la huerta, la cocina está en manos del proveedor que tiene a pocos metros, y este depende del clima.
Esta carta de recomendaciones suele contar con dieciséis platos, y con seis de ellos se creó nuestro menú degustación. Abrimos boca con unas aceitunas arbequinas de los olivos de Ca L’Esteve, bien aliñadas, ricas y potenciando su sabor natural. Nos presentan entonces uno de los vinos del Celler Ca L’Esteve, el Tres Nadons, un syrah de 2009 con D.O. Catalunya, en las imágenes podéis ver la copa, el color brillante, rojo picota, intenso en aroma y sabor en el primer acercamiento, frutas rojas, minerales… con un equilibrio más evidente a medida que avanza la cena.
El primer bocado fue el Bombón de salmón con caviar de berenjenas, perfecto en texturas, pero sobre todo en el equilibrio de sabores, generalmente encontramos que la inclusión del salmón se come el resto de ingredientes, no fue el caso, incluso diríamos que el salmón tenía una presencia muy sutil aunque existiera influencia visual, muy bueno. Aún mejor la Ensalada de rúcula, parmesano y trufa de verano, rápidamente llega el perfume del hongo a la nariz, pero para ser sinceros no es lo que más nos sedujo del plato. Hay que reconocer que la combinación es exquisita, con la inclusión de unos piñones tostados y el aderezo de un aceite de Siurana muy aromático, pero lo indescriptible y envidiable (porque en pocas ocasiones se puede disfrutar) es la frescura y el sabor de la rúcula que cultivan en Ca L’Esteve, no es áspera y el punto picante es muy agradable.
Continuamos conociendo la huerta sin pisarla a través del siguiente plato, la Ensalada de judías tiernas del huerto con foie micuit, menos este último ingrediente todo es kilómetro 0, frescas y tersas las judías, en su punto de cocción para permitir que el paladar disfrute de su crujibilidad, le acompaña la pulpa de tomate y cebollita fresca bien picada que hacen de cada bocado un lujo para el paladar. Estupenda esta ensalada que regala sabores puros, y que además enriquecen con una lasca de foie micuit elaborado en la cocina por Xesco, buena combinación, aportando cremosidad en boca y un sabor suave y delicado.
Mientras esperábamos el arroz tomamos unos Buñuelos de bacalao esponjosos hasta decir basta, crujientes y dorados por fuera como podréis comprobar, y con el punto de sal adecuado a todos los paladares. Y llegó el Arroz de pies de cerdo con colmenillas, habitas y garbanzos. Magistral. Si habéis leído las publicaciones anteriores del blog habréis podido ver que Xesco ha compartido con nosotros la receta de este plato del que se sienten muy orgullosos, y no es para menos, nos comentaban que había gustado mucho a quienes lo habían probado y hemos podido corroborar que es un arroz sabroso. El punto de cocción, que nos parece primordial en un arroz, estaba perfecto, sumamos un buen fondo, un buen sofrito e ingredientes tan ricos como las setas y las legumbres que tan bien juegan en el plato con las manitas, y no hay más que decir, ya nos lo contaréis cuando lo probéis.
Para el paso al pescado degustamos otro vino, en este caso es un crianza de 2006, un coupage de Cabernet y Tempranillo, más suave, muy rico, habrá cata sobre este vino en breve. Aquella noche la botella se abrió para acompañar una Corvina a la brasa con jugo de judía tierna y patata de tenedor. El pescado estaba muy rico, aunque el punto de cocción se fue un poco para nuestro gusto, el método de elaboración y la característica carne tersa de este pescado nos gustó. Pero una vez más debemos alabar la majestuosidad que ofreció al paladar, no sólo la judía tierna que corona el plato, es más, la superaba el jugo que pinta de verde el plato, delicioso, con un toque dulzón que contrastaba muy bien con el resto de ingredientes y con unas patatas del huerto cocidas y trituradas toscamente sin más, ofreciendo sabor, el verdadero sabor de este tubérculo.
Para finalizar nos recomendaron probar el Pollo de corral a la brasa, al más puro estilo del ‘pollo con patatas’ pero elevado al máximo exponente. Patatas, sí, de nuevo las patatas con sabor, pero en esta ocasión fritas con un interior meloso y una fina corteza crujiente. El pollo a la brasa os podéis imaginar, una carne de textura masticable y con mucho gusto.
El plato dulce que elegimos fue el Flan de requesón, es un postre que nos encanta y no dudamos que también sería así en este ocasión. Aunque diferente a lo que entendemos como un flan, nos encantó su fina textura y su sabor, le acompañaban dos bolas de helado, de café y nata correctas. Con el café aún pudimos degustar más elaboraciones dulces, exquisitas trufas, ligeros buñuelos de viento, riquísimos panellets y para regarlo, la mistela del celler y un pacharán de cereza elaborado por Xesco que nos encantó.
Después de todo lo relatado, seguiríamos destacando características de esta primera visita al Restaurant Ca L’Esteve, pero sólo vamos a comentar una, no hay muchos restaurantes de los que puedas decir que comerías allí todos los días (no tantos platos, claro), y no sólo disfrutando, además alimentándote saludablemente.
Suponemos que podéis imaginar que os recomendamos visitar Ca L’Esteve si tenéis oportunidad, este es el menú que hicieron a nuestra medida, pero dada su dedicación y pasión por su trabajo, la familia Esteve tiene para satisfacer todas las demandas. Si os preguntáis por el precio del cubierto, evidentemente dependerá de las elecciones, siendo la media por comensal de 50 euros.
Restaurant Ca L’Esteve
Casetes Ca N’Oliveró
Ctra. Martorell – Terrasa, km 4.700
08755 Castellbisbal (Barcelona)
Tlf. 937755690