La Universidad de Santiago de Compostela se ha hecho eco de un estudio que está realizando sobre la relación entre el interés que las personas tienen por conocer el contenido nutricional de los alimentos y la prevención de la obesidad, de tal modo que la divulgación de esta ‘noticia’ en distintos medios va transmitiendo un mensaje algo alterado, con titulares como ‘Leer las etiquetas de los alimentos nos hace estar más delgados’ o ‘Leer las etiquetas nutricionales ayuda a adelgazar‘. Molesta bastante que se utilicen este tipo de titulares, entre otras cosas porque por un lado pueden confundir a parte de la población, y por otro lado porque ayuda a que los medios de comunicación pierdan credibilidad.
La propia nota de la Universidad de Santiago de Compostela declara de dónde parte su investigación, de la información proporcionada por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS, National Health Interview Survey), y ésta ha sido obtenida de la Encuesta Nacional de Salud que se define así: «Es la fuente principal de información sobre la salud de la población civil no institucionalizada de los Estados Unidos y es uno de los principales programas de recolección de datos del NCHS, que forma parte de los Centros de Control y Prevención (CDC).
Así pues, una encuesta realizada a 25.640 estadounidenses con la que se obtiene información sobre sus hábitos de compra, de consumo y salud, la vemos traducido como que «hay una diferencia de unos cuatro kilos entre las mujeres que leen las etiquetas de los alimentos y las que no», o lo que es peor, con los titulares antes mencionados. Algunas intenciones no son negativas, la idea es que esta información pueda ser útil para realizar campañas que promuevan el uso del etiquetado nutricional en distintos ámbitos, por ejemplo en los restaurantes, como una baza más para prevenir la obesidad, aunque antes se debería poner solución al etiquetado de los alimentos que adquirimos en los comercios.
Sobre la información proporcionada en las etiquetas de los productos alimentarios se ciernen otros problemas, de ellos hemos hablado en varias ocasiones, siendo la última información la proporcionada por el estudio de Nielsen que podéis leer en el post El Precio de los alimentos afecta a la elección de compra. Pero volviendo a la información vertida por los medios de comunicación sobre la relación entre el interés por el contenido nutricional de los alimentos y la obesidad, ¿por qué provocan que sus publicaciones tengan respuestas de los lectores como «¿O sea que si me leo la etiqueta de la nocilla estaré más delgada?»
Todo el mundo es consciente de que cuando se lee algo, sea lo que sea, es porque interesa, así pues, si se leen la etiquetas de los alimentos en las que se indican los principales valores nutricionales que contienen, es porque interesa conocer qué aporta y muy probablemente porque se desea llevar una dieta equilibrada y para ello hay que ser consciente de lo que se está consumiendo. Para que conozcáis algunos datos de las conclusiones obtenidas por las encuestas: las mujeres leen más las etiquetas nutricionales que los hombres, los fumadores se preocupan menos, según María Loureiro (autora principal del estudio), «porque su estilo de vida contiene ciertos hábitos poco saludables y, como consecuencia, nuestros resultados indican que puede ser que no se preocupen tanto del contenido nutricional de lo que comen». También se concluye que las personas que viven en la ciudad y las que tienen un nivel de estudios medios-altos, tienen más en cuenta el valor nutricional de los alimentos.
Leer no ayuda a adelgazar, sólo facilita información para que las personas puedan construir su dieta a razón de sus necesidades, manteniendo el peso y el bienestar, pero no siempre es suficiente para ganar la batalla de la obesidad, igual que tampoco funciona el poner impuestos sobre los alimentos con grasas saturadas o azúcares. Sabemos todo esto, pero continúa sin fomentarse la educación nutricional.
Foto | Allison
2 comentarios
Yo antes no me fijaba en los valores nutricionales de los alimentos, hace unos meses que empecé a hacerlo, preocupado por mi nutrición y por saber lo que como. Es curioso como en algunos ámbitos somos exigentes, y en otros no tanto… por ejemplo, una fruta que se vea marcada nadie la compra (a pesar de que esta buena…) en cambio, no nos fijamos en el contenido de muchos alimentos envasados y que pueden llegar a contener grandes cantidades de grasa, azucares o sal, y si no sabemos esas cantidades podemos estar abusando de un producto sin saberlo.
Muy buena apreciación para dar un toque de atención lo que comentas de la fruta marcada, es cierto Firmin. Muchas gracias por tu aportación!!