Como todos sabemos, pagamos impuestos por consumir, es el Impuesto sobre el Valor Añadido, más conocido como IVA. Dependiendo del producto o servicio que se consuma, la ley establece uno de los tres tipos de IVA, estos se clasifican de la siguiente manera: Tipo General al 21%, Tipo Reducido al 10%, y Tipo Superreducido al 4%. Con la última actualización del IVA en España hubo muchas quejas, como que el pan sin gluten se consideraba un pan especial y en principio se le iba a aplicar el impuesto de tipo reducido, es decir, el 10%. Finalmente se consiguió que el impuesto sobre el pan que deben consumir por su salud las personas que padecen celiaquía, fuera el mismo que para el pan común, el superreducido.
No obstante, recordemos que la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac), reclamaba que al ser el pan un alimento básico, debería estar exento del impuesto. Como comentamos en su momento, esta era una batalla perdida, pero lo cierto es que debería ser así con todos los alimentos que se consideren básicos para llevar una alimentación sana y equilibrada, pues lo que no recauden con el impuesto, se lo pueden ahorrar en el gasto sanitario.
No todos los alimentos o productos alimentarios tienen el mismo tipo de IVA, con el superreducido (4%) encontramos el pan común; harinas panificables; leche natural, certificada, pasterizada, concentrada, desnatada, UHT, evaporada y en polvo; quesos, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, que tengan la condición de productos naturales según el Código Alimentario.
Ahora bien, con alimentos que se consideran básicos para la alimentación humana (aunque está demostrado que se pueden vivir sin ellos, así lo hacen los veganos, por ejemplo), como son el pescado la carne, se paga un IVA del 10%, el mismo que se paga con el agua apta para la alimentación, así como con animales, vegetales y demás productos destinados a la obtención de productos para la nutrición humana o animal, sustancias o productos utilizados habitual e idóneamente para la nutrición humana o animal.
Recordemos que el sector pesquero lleva años reclamando que al pescado se le aplique el tipo de IVA superreducido, poco antes de que se realizara la última subida, la Confederación Española de Pesca (Cepesca) volvió a solicitar la modificación del IVA aplicable a los productos pesqueros entre otras cosas, por ser necesario para la adecuada alimentación humana. La respuesta la proporcionó el entonces ministro de Agricultura, Arias Cañete, era de risa.
El caso es que hoy hemos retomado el tema para invitaros a leer la noticia publicada por Fedepesca, la Federación Nacional de Asociaciones Provinciales de Empresarios, Detallistas de Pescados y Productos Congelados, que dice así: La reducción del tipo de IVA para los productos pesqueros podría mejorar la salud de los españoles y reducir el gasto sanitario. Como ya se ha demostrado en distintas investigaciones, el consumo de pescado puede prevenir enfermedades cardiovasculares, y éstas se consideran la causa principal de mortalidad en nuestro país.
Fedepesca proporciona algunas cifras en su nota, como que las enfermedades cardiovasculares provocan un gasto sanitario de 7.700 millones de euros al año, y asciende a 12.700 euros si se tiene en cuenta el gasto sanitario que producen otros problemas de salud como el sobrepeso y la obesidad, que como sabemos, están relacionadas con una mala alimentación, desequilibrada y poco saludable. Por eso no tiene sentido que el IVA del pescado sea el mismo que el de los refrescos azucarados, por ejemplo.
Personalmente, nos parece que puede dar mejores resultados bajar el IVA del pescado que poner un impuesto a las bebidas azucaradas si se quiere luchar con la epidemia del siglo 21, el sobrepeso y la obesidad, pero claro, a priori no se ve el dinero con una reducción, y sí con un nuevo impuesto. Hay que mirar al futuro y no obviar que cada vez son más niños los que padecen enfermedades de adultos, como es el exceso de peso y sus consecuencias, por ejemplo la diabetes.
Fedepesca recuerda que el pescado, especialmente el pescado azul, es muy valorado nutricionalmente por contener elevados niveles de Omega-3 y Omega-6, es un alimento que favorece la reducción de la presión arterial, del colesterol, de accidentes cardiovasculares, etc. No obstante, el consumo de pescado sigue en descenso, a pesar de los beneficios mencionados y de que se trata de una proteína de elevado valor biológico que además es fácil de digerir y que también aporta vitaminas y minerales.
La Federación también ha calculado que si el IVA del pescado se redujera al 4%, el Estado dejaría de ingresar 540 millones de euros (con las cifras de consumo de pescado actuales), algo insignificante comparado con los 7.700 millones de gasto sanitario producido por las enfermedades cardiovasculares. Consideran que si se redujera el impuesto, y en consecuencia el precio final del pescado, se fomentaría su consumo entre la población, y con ello, se reducirían los problemas de salud relacionados.
Podéis conocer más detalles en la web de Fedepesca, donde además explican que hay que aprovechar que la Unión Europea anunció su intención de revisar el IVA en los diferentes Estados Miembros, para plantear la reducción del tipo de IVA para el pescado, del 10% al 4%.