Curioso estudio es el que han realizado un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Birmingham (Reino Unido), con el que sugieren recordar la última comida para eliminar el deseo de comer. Según los científicos, el deseo de disfrutar del sabor de una galleta, por ejemplo, podría reducirse con el simple hecho de recordar la última comida que se haya realizado.
Para llegar a esta conclusión los investigadores tomaron los datos de 47 mujeres estudiantes que dividieron en dos grupos, hay que decir que los sujetos del estudio no conocían cuál era la finalidad de éste. El primer grupo debía recordar lo que habían hecho durante el transcurso del día, el segundo debía recordar que habían comido durante el almuerzo.
Después, los investigadores ofrecieron a las participantes del estudio de ambos grupos un tentempié de galletas. Las participantes del primer estudio consumieron un promedio que superaba los 20 gramos de galletas, mientras que las participantes del segundo grupo consumieron unos 15 gramos saciando así su apetito, ¿qué hubiera ocurrido con galletas de chocolate?.
La conclusión de los investigadores es que cuanto mayor es el recuerdo de la última comida disfrutada, menos hambre se tiene. Estos datos mostrarían que quienes intentan realizar una dieta deberían intentar recordar la última comida en lugar de tratar de olvidarla para así reforzar la finalidad.
Seguramente estos datos no se verían reflejados en algunos de nuestros lectores, a nosotros personalmente, recordar la última comida nos provoca el deseo de volverla a disfrutar. Es quizás un estudio tomado un poco a la ligera, sin datos científicos veraces, los propios investigadores realizan conjeturas sobre cómo actúa el cerebro, concretamente sobre el hipocampo (zona del cerebro relacionada con el aprendizaje y la memoria) en este hecho, pero no se han realizado las pruebas oportunas al respecto.
Sería interesante realizar una investigación más amplia y verificar dicha función cerebral cuando se está pensando en la última comida para comprobar qué marcadores entran en funcionamiento y cómo actúan para inhibir el hambre. El estudio ha sido publicado en la revista científica New Cientist.
Vía | New Scientist