Investigadores de la Universidad de Edimburgo (Escocia) han presentado una alternativa para abordar parte del problema de la contaminación por residuos plásticos que seguramente sorprenderá a más de uno. Los expertos han utilizado la enterobacteria Escherichia coli modificada genéticamente para que biodegrade el tereftalato de polietileno (PET) y lo convierta en saborizante de vainilla.
Los expertos comentan que el saborizante de vainilla son ampliamente utilizados por la industria alimentaria y la cosmética, pero también son parte de la formulación de otros productos como agentes antiespumantes, herbicidas o productos de limpieza. Teniendo en cuenta que actualmente una buena parte de la producción mundial de vainilla se obtiene de productos petroquímicos, el cambio propuesto podría realizarse. Aunque es posible que igual que la vainilla artificial que a día de hoy se fabrica y tiene el sabor de vainillina, carezca de la complejidad y profundidad del auténtico extracto de vainilla obtenido de la planta natural.
Reciclar botellas de plástico para convertirlas en saborizante de vainilla es una forma novedosa y sostenible para transformar los desechos plásticos PET, los expertos creen que podría ser un modo de impulsar la economía circular con el fin de reducir los desperdicios, mantener productos y materiales en uso, y proporcionar un impacto positivo para la biología sintética (diseño de sistemas biológicos que no existen en la naturaleza en beneficio del medioambiente).
Los responsables de este trabajo comentan que se trata de un ejemplo de cómo se puede utilizar un sistema biológico para convertir desechos que son un grave problema a nivel mundial, en sustancias químicas valiosas. A esto añaden que la investigación cambia la percepción que se tiene del plástico como un desperdicio problemático, demostrando que puede ser un nuevo recurso para obtener productos de alto valor, como es el saborizante de vainilla.
Lo cierto es que materia prima no faltaría, recordemos que en el año 2017 hablábamos del tereftalato de polietileno (Pet), material que a pesar de ser muy reciclable, la industria no reciclaba porque el material resultante RPet (Pet reciclado) no le resultaba interesante por no ofrecer las mismas características que el material virgen. Claro, que a esta propuesta de transformar botellas de plástico PET en saborizante de vainilla se suman otras también muy interesantes, como la tecnología presentada por la spin-off Ioniqa, para reciclar el PET y transformarlo en un nuevo material transparente de grado virgen, algo que también interesa a la industria.
Los expertos explican que la E. coli modificada genéticamente transforma el ácido tereftálico (precursor del poliéster PET) en un saborizante de vainillina mediante una serie de reacciones químicas. Se trata de un ingrediente que, en principio, es apto para consumo humano, aunque reconocen que es necesario realizar pruebas y estudios que lo certifiquen. Claro, que también podría utilizarse en los productos que no son de consumo alimentario y que ya hemos citado, como los productos de limpieza.
Aunque se trata de una propuesta interesante, el hecho de que la vainilla se obtenga a partir de organismos modificados genéticamente, podría provocar un rechazo al producto, por lo que podemos pensar que la tecnología de Ioniqa podría ser mucho más factible y aceptable. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página web de la Universidad de Edimburgo y en este otro publicado en la revista científica Green Chemistry.