Esta semana la UE ha rechazado la Enmienda 171 que restringe aún más el uso de términos relacionados con los productos lácteos, recordemos que actualmente ya existe una legislación que protege los términos lácteos, que impide a las empresas que elaboran alternativas a los lácteos usar descriptivas como “leche de avena” o “queso vegano”. La enmienda propuesta tenía el cometido de prohibir imágenes que evocaran a los productos lácteos, así como declaraciones que recuerden a estos productos.
La enmienda era realmente extrema, incluso prohibía mencionar la leche en la información útil sobre alérgenos en los alimentos alternativos a los lácteos, por ejemplo con mensajes como “no contiene leche”, algo que se puede considerar absurdo. La enmienda se ha desestimado gracias a la organización de concienciación alimentaria ProVeg International, que presentó 456.000 firmas a través de una iniciativa popular. Está organización comenta que la victoria es de sentido común, la UE desestimó la enmienda tras escuchar a la industria, a los ciudadanos europeos y a los expertos.
Lo cierto es que sería una contradicción, la UE no puede recomendar a los ciudadanos que cambien sus hábitos alimentarios hacia una dieta basada en alimentos vegetales a la vez que aplica censuras extremas a los productos elaborados con materias primas de origen vegetal. Para detener la Enmienda 171, además de las firmas recogidas, se pusieron en marcha campañas de apoyo por parte de diferentes grupos ambientalistas, como WWF y Greenpeace, además del apoyo recibido por casi un centenar de empresas y compañías como Oatly o Nestlé, que muestran un claro apoyo a los denominados “productos lácteos” de origen vegetal.
Volviendo a la Enmienda 171, esta estaba incluida en un conjunto más amplio de medidas de carácter agrícola que incluía la Enmienda 165, propuesta del lobby de la carne, cuya finalidad era prohibir el uso de términos propios de los alimentos cárnicos por parte de las empresas que elaboran alternativas vegetales a la carne, véase salchichas, bacon, hamburguesas, etc. Por ejemplo, en el caso de las hamburguesas vegetales se pretendía que se denominasen “discos vegetales”, pero, por fortuna el Parlamento Europeo determinó que los términos relacionados con la carne se podían aplicar a los productos de origen vegetal, de todo ello hablábamos aquí.
En países como Estados Unidos también se llevan a cabo desde hace años este tipo de acciones que pretenden censurar y limitar a las empresas que elaboran alimentos vegetales alternativos a los productos lácteos y cárnicos, recordemos que en 2017 se presentaba en el país un Proyecto de Ley para prohibir el uso de los términos lácteos a la industria de las bebidas vegetales, en 2019 la Federación Nacional de Productores Lácteos de Estados Unidos proponía que las “leches” vegetales se etiquetaran como producto de imitación, sustituto o alternativo, a fin de evitar la confusión de los consumidores, argumento un tanto absurdo para algunos.
El caso es que las industrias mundiales cárnicas y lácteas ven peligrar su negocio y harán todo lo posible por frenar el avance de los alimentos de origen vegetal que sustituyen a sus productos, pero esta es una guerra infructuosa, ya que cada vez más consumidores optan por alternativas vegetales pensando en la salud, la protección del medio ambiente y el bienestar animal, y unos cambios de etiquetas y definiciones no van a parar este cambio.
Este tipo de acciones seguirán, a diferencia de algunas empresas que evolucionan y se adaptan a las necesidades y exigencias de los consumidores, los sectores cárnico y lácteo quieren mantener el modelo actual a pesar de la enorme factura que la producción pasa al medio ambiente, a los animales y a la salud de los seres humanos. Podéis conocer todos los detalles de la noticia a través de la página de ProVeg International.