Receta de medallones de boniato caramelizados en su propio azúcar, con ricota y avellanas

Para caramelizar no hace falta añadir azúcar, la mayoría de alimentos vegetales, frutas, hortalizas, tubérculos… tienen azúcar, así que con un poco de calor suave y constante, esa caramelización sale. Y así hemos preparado esta receta de medallones de boniato caramelizados en su propio azúcar, con ricota y avellanas. Podéis considerar este plato como más os apetezca, un aperitivo para compartir, un entrante, una guarnición… Y, en cualquier caso, adaptar las cantidades a vuestras apetencias y necesidades.

Lo que tenemos sobradamente constatado es que la combinación es una delicia, claro, siempre y cuando el ingrediente principal sea de vuestro agrado. Si os gustan los boniatos, esta receta de boniato tostado o caramelizado con ricota (u otro queso fresco similar), sal de hierbas provenzales, avellanas y aceite de oliva virgen extra, os va a encantar, así que tomad nota. Nosotros os esperamos en la cocina.

Ingredientes (4 comensales)

  • 2 boniatos grandes asados
  • c/n de sal de hierbas provenzales
  • c/n de aceite de oliva virgen extra.

Para acompañar
  • 400 gramos de ricota
  • 50 gramos de avellanas tostadas
  • 1 manojito de cebollino fresco
  • 1 c/c de shichimi togarashi
  • c/n de aceite de oliva virgen extra.

Elaboración

Si quieres saber cómo asar los boniatos, en este post tienes el mejor método explicado paso a paso, una cocción prolongada a baja temperatura, extrae más dulzor de este tubérculo.

Una vez que tengas los boniatos asados, templados o fríos y pelados, córtalos en rodajas gruesas. Pon a calentar una plancha o sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra (también podría ser mantequilla), y márcalos a fuego medio-bajo hasta que caramelicen por los dos lados, y si lo deseas, por su contorno.

Cuando se haya caramelizado un lado, condimenta con la sal aromatizada, primero por un lado y después por el otro, así se irán infundiendo aromas y sabores. Nosotros utilizamos flor de sal que aromatizamos con las hierbas aromáticas provenzales, y sin problema, podemos añadir orégano, cilantro, romero u otras aromáticas cuyo especiero esté a punto de vaciarse.

La ricota no la condimentamos antes de servirla en el plato, pues con todo lo demás ya adquiere el sabor que precisa para acompañar al boniato asado, así que simplemente hay que batirla para que esté cremosa y servir una gran lágrima extendida en el plato.

Pica las avellanas tostadas groseramente, no queremos trozos pequeños, sino grandes y que se encuentren para masticar y saborear. Lava, seca y corta a tijera el cebollino fresco y prepara el resto de ingredientes para condimentar.

Acabado y presentación

Una vez dibujada la base del plato con el queso ricota, dispón tres medallones de boniato caramelizado. Reparte las avellanas tostadas, el cebollino, el sichimi togarashi, una pizca más de sal y un hilo de tu mejor aceite de oliva virgen extra. El resto es comer y disfrutar, así que ¡buena cocina y buen provecho!

Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria

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