El miso es una fuente de sabor, así se traduce el término (mi: sabor o condimento y so: fuente), y quien lo prueba, lo incluye definitivamente en su cocina, aunque quizá primero haya que dar con el tipo de miso que mejor se adapta a los gustos de cada uno, así como las cantidades a aplicar en las recetas, que deben ser moderadas. Si todavía no conocéis muy bien este condimento tradicional de la cocina asiática, podéis leer este post.
Sabréis que el miso es una pasta fermentada que se hace a partir de la soja y según qué variedad, puede estar mezclada con cereales como el arroz, la cebada… Como esta información ya la tenéis en el post enlazado, lo que ahora os proponemos es que toméis nota de nuestra receta de mayonesa de miso, y es que se puede convertir en vuestra nueva salsa favorita para casi todo.
Y es que si la mayonesa tradicional es versátil y acompaña de maravilla a multitud de comidas, si está potenciada con el delicioso y apreciado sabor umami del miso, podéis imaginar que será un festín para los paladares ávidos de disfrute, y no hay que obviar sus bondades nutricionales, aunque se consuma en pequeñas cantidades. Probad esta mayonesa de miso y nos contáis, es muy fácil de hacer, la podéis tener lista en cinco minutos. ¿Con qué plato la probaréis primero?
Ingredientes
- 1 huevo
- 2 claras de huevo
- 10 gramos de pasta de miso blanco
- 15 gramos de vinagre de arroz
- 15 gramos de zumo de limón
- 5 gramos de sal
- 5 gramos de salsa de soja
- 200 gramos de aceite de girasol.
Elaboración
En el vaso de la batidora eléctrica, pon el huevo y las claras. Añade el miso blanco, el vinagre de arroz y el zumo de limón recién exprimido, no utilices el ‘zumo’ preparado del supermercado.
Añade la sal, la salsa de soja y el aceite de girasol. Puedes utilizar también otros aceites de semillas o aceite de oliva de sabor suave.
Coloca en el vaso la batidora de mano apoyada en el fondo y acciónala, sin moverla, bate hasta que empiece la emulsión, es una de las formas más fáciles de conseguirla.
Cuando aproximadamente la mitad del aceite esté emulsionado con el huevo y el resto de ingredientes, puedes empezar a levantar muy lenta y suavemente la batidora, para que el resto del aceite baje y emulsione también.
Prueba la salsa para rectificar si fuera necesario, sea de acidez, de sal… Y recuerda reservarla en frío hasta el momento de su uso.
Acabado y presentación
Sirve la mahonesa de miso en el plato al que vaya destinada o en una salsera si es para que cada comensal se la sirva a su gusto. El resto es comer y disfrutar. ¡Buen provecho!