La receta de Coca de vidre que nos mostró Dolorss nos quemaba en las manos, y no sólo la hemos preparado (con algunas variaciones), es que ya nos las hemos merendado… y me da la sensación de que mañana tendremos que volver a hacer más coca de vidre, tenemos que perfeccionar cantidades de azúcar y anís…
Coca de vidre se traduce como coca de vidrio, se llama así porque al sacarla del horno y verter sobre ella el anís, al contacto con el calor y el azúcar se cristaliza. Nuestra receta no ha quedado exactamente como debiera, pero nos gusta con mucho azúcar. Las que hemos hecho sin piñones las hemos logrado más finas y con menos azúcar han quedado más auténticas. Vosotros, a vuestro gusto.
Ingredientes
- 270 gramos de harina
- 15 gramos de levadura de panadero
- 75 gramos de agua
- 75 gramos de leche
- 1 c/s de aceite de oliva para hacer la masa y el necesario para pintar las cocas
- una pizca de sal
- piñones
- azúcar
- anís (licor).
Elaboración
Hemos hecho la masa en la Thermomix, pero se puede hacer igual de forma manual. Introducimos el agua y la leche y mezclamos con la levadura, seguidamente incorporamos la harina, la sal y la cucharada de aceite.
Amasamos hasta conseguir una masa que no se pegue en los dedos (dependiendo de la harina utilizada acepta una cantidad de líquido), hacemos una bola y la dejamos reposar hasta que doble su volumen. Nosotros la hemos dejado una hora aproximadamente.
Encendemos el horno a 200º C, enharinamos la superficie de trabajo ligeramente y hacemos porciones de la masa, estiramos cada una con el rodillo dándole forma alargada y dejándola muy fina.
Pincelamos con aceite de oliva, espolvoreamos el azúcar (nosotros quizá le hemos puesto demasiado, aunque nadie se ha quejado), repartimos unos piñones e introducimos en el horno.
Hemos dejado cocer unos 15 minutos aproximadamente, recién salidas del horno salpicamos el anís al gusto, el aroma que despide en ese momento ya te hace una idea de cómo van a estar las cocas de vidre, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Estas cocas son una perdición, resultan crujientes, dulces, aromáticas, y además, nos han devuelto recuerdos.