El Ravioli de mango, langostinos y crispy de yogur es un aperitivo elegante al paladar, lo enriquece con texturas jugosas y suaves en sabor, aunque éstos tienen carácter. El langostino del relleno es como un tartar, por lo tanto está crudo (si preferís salterlo, está en vuestras manos), marinado con aceites y especias que lo subliman.
La textura crujiente es necesaria en este carnoso bocado, por eso utilizamos el crispy de yogur, en breve os hablaremos de este producto que ya está al alcance en pequeños tarros para uso doméstico. De momento, os animamos a probar esta receta de ravioli de mango, langostinos y crispy de yogur que sorprende al paladar más exigente.
Ingredientes (8 unidades)
- ½ mango
- 6-8 langostinos (según tamaño)
- 2 c/s de cebolla tierna en brunoise
- 2 c/s de aceite de oliva virgen extra
- 1 c/s de aceite de sésamo
- ½ c/p de chile seco picado
- pimienta negra recién molida
- sal fina
- sal Maldon
- semillas de sésamo negro
- crispy de yogur.
Elaboración
Pela los langostinos, ábrelos por la mitad y retira los intestinos. Pícalos a cuchillo como para hacer un tartar. Ponlos en un cuenco e incorpora la cebolla picada en brunoise, el chile, el aceite de oliva, el aceite de sésamo, una pizca de pimienta negra y sal fina al gusto, mezcla bien, cubre el recipiente con film transparente de cocina y deja reposar en el frigorífico unos 30 minutos.
Tuesta las semillas de sésamo negro en una sartén sin engrasar y posteriormente deja enfriar. Reserva.
Pela el mango y córtalo en finas rodajas que puedan doblarse formando el ravioli. Dispón cada lámina de mango en la mesa de trabajo y pon en un extremo una cucharada de farsa, de langostinos marinados.
Emplatado
Cierra el mango formando el ravioli y disponlo en el plato o cucharilla de presentación. Añade un poco de sal Maldon, el sésamo negro, dos gotas de aceite de oliva y de sésamo y termina con los crispys de yogur. Sirve enseguida y ¡buen provecho!