La consultora Nielsen ha presentado el informe “Radiografía del gran consumo en España 2018”, en el que se analiza la evolución del mercado del consumo de productos alimenticios. Según los resultados, se ha experimentado un crecimiento del 2’6%, pero no por adquirir más productos, sino por el aumento del precio de los alimentos. Según Nielsen, los consumidores adquirimos un 0’7% menos de productos de gran consumo para llenar la cesta de la compra, lo que supone la caída de la demanda desde que el mercado se recuperó en 2015.
Como decíamos, la caída en la adquisición de productos estuvo marcada por la subida de precios, precisamente esta subida es lo que ha permitido el crecimiento económico del 2’6% hasta los 82.000 millones de euros. Según Nielsen, la media de la subida de precios se estableció en un 3’4%, lo que indica que los consumidores compramos algo menos por más dinero, lo contrario a lo ocurrido en 2017, donde creció la demanda y los precios.
La consultora realiza un desglose de la cesta de la compra centrado en el aumento de precios, así, en productos frescos, los españoles destinamoss una tercera parte del gasto en alimentación, alimentos que incrementaron su precio en una media del 4’8%, dos puntos más que en el año 2017. En este segmento de productos frescos destacan por experimentar las mayores subidas de precio frente a los datos de 2017, las frutas, con un aumento del 9’5%, le siguen los huevos con un 7’6%, aunque en este caso se apunta que el consumo se incrementó en un 2%, ya que sigue siendo una de las proteínas más económicas.
El pescado experimentó un aumento del 3’6% y la carne de un 3’1%, sobre los datos de consumo, los españoles adquirimos más carne que pescado por razones bastante obvias, la diferencia de precios. Siempre se puede optar por el consumo de pescado congelado, el mercado cuenta con una gran variedad y es más barato que el fresco, alternativa que, según Nielsen, apenas existe en la carne (aunque en los supermercados cada vez se puede ver más carne congelada), aun así, el consumo de carne fue mayor.
Sobre el gasto en alimentos frescos, el mayor gasto se realiza en las cadenas de distribución con un 56%, en las tiendas tradicionales el gasto fue del 44%, lo que supone un aumento del gasto en los supermercados e hipermercados de 1’5 puntos respecto a los datos de 2017. Esto también tiene sentido, las tiendas tradicionales muchas veces no pueden competir con los precios que ofrecen las grandes superficies, por lo que es un reclamo para los consumidores que buscan ahorrar. Hay que recordar que ya en 2016 la consultora elaboró este informe en el que se apuntaba que los productos frescos eran los que mejor posición tenían en la cesta de la compra, algo que se ha mantenido en 2017 y 2018.
Sobre los datos de la gran distribución y las tiendas tradicionales, parece que se cumplen las predicciones realizadas hace algunos años por la consultora, comentando que a medio plazo, las tiendas tradicionales de alimentación parecen estar condenadas a desaparecer. Además de mejores precios, las cadenas de supermercados procuran mantener o recuperar algunas características de las tiendas tradicionales para ofrecer ese trato personalizado que siempre gusta a los clientes y que recibían en las tiendas tradicionales.
Hablando de los productos envasados, el año pasado la demanda se mantuvo estancada, pero si se desglosan los datos por productos, se ha apreciado una caída de un 1’7% en las bebidas, salvo en el agua. Según Nielsen, fue debido a la climatología, una primavera más lluviosa y fría, un verano también más lluvioso y algo menos de calor que en 2017, año en el que el clima favoreció el mayor consumo de bebidas. Nielsen afirma que se ha bebido menos pero mejor, la bebida que más cayo en consumo fue el vino con un 4’4%, pero su precio medio se incrementó en un 11’1%, esto indica que se ha optado por vinos de más calidad, con Denominación de Origen, para ser consumidos en el hogar.
Esta tendencia de reducir el consumo de bebidas se traslada fuera de casa, el consumo de vino y cerveza no crece, pero como se consumen bebidas de más calidad la facturación crece. El crecimiento de este segmento en el sector de la hostelería y la restauración lo aportan vino y cerveza a partes iguales, donde el gasto aumentó un 2’1% llegando a los 8.874 millones de euros. En este sentido, merece la pena recordar que un informe de Nielsen de 2017 ya determinaba que el consumidor español valoraba más la calidad de la alimentación, buscando más productos Premium.
Se establece un nuevo escenario de consumo donde los productos con un valor añadido adquieren mas presencia, aunque ese mayor gasto se traduce en el ahorro a la hora de comprar otros productos. Nielsen comenta que los consumidores, en ocasiones, gastamos euros de más en artículos que no teníamos apuntados en la lista de la compra, esto sucede en categorías como impulso/snacking, conveniencia y salud (productos ecológicos). Algunas categorías como los chocolates, los frutos secos, los aperitivos y los platos preparados han crecido por encima de mercado.
Se echa de menos en este informe que se hable de la influencia que pueda tener la concienciación sobre la reducción del consumo de carne, el mayor interés por los productos vegetales y por los que benefician la salud, la reducción del consumo de refrescos por su contenido en azúcar, etc., ya que probablemente influyan en las decisiones de compra y participen en la nueva configuración del escenario del consumo de productos alimenticios en España. Podéis conocer todos los detalles del informe a través de este artículo publicado en la página web de Nielsen.