Las radiaciones para provocar mutaciones en los alimentos son el tema central de la conferencia internacional sobre la mutación inducida por radiación que comenzó ayer en la sede de AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica) en Viena (Austria). Se baraja la opción de potenciar la utilización de la radiación u otros agentes mutágenos como posible alternativa para reorganizar y mejorar la estructura genética de las plantas, aumentando así su rendimiento o haciéndolas más resistentes a diversos factores medioambientales provocados por el cambio climático. Hasta 600 investigadores y expertos en agricultura estarán reunidos hasta el próximo día 15, tratando la inducción de la radiación como una herramienta comparable a la modificación genética.
Sin embargo, en el caso de la radiación y la consiguiente mutación sufrida por la planta, los expertos indican que con esta técnica no se añade a las plantas nuevo material genético, sólo se trata de reorganizar el propio de la planta para que ofrezca las características deseadas, ya sea mayor resistencia frente a las enfermedades, tamaño, mayores cualidades nutricionales de los alimentos, etc. Del mismo modo que la modificación genética pretende dar un salto evolutivo y mejorar rápidamente las plantas pero realizando recombinaciones genéticas, la mutación inducida por radiación hace lo mismo pero sin recombinación. Las mutaciones que se dan en la naturaleza y que tardan miles de años en efectuarse como parte de la evolución, se producen rápidamente en un laboratorio.
Los investigadores indican que no existe peligro alguno y que las plantas no presentan ningún tipo de radiación residual. De hecho, ya se han realizado varias pruebas con buenos resultados, como por ejemplo un tipo de cebada obtenida mediante mutación y que muestra un rendimiento de hasta un 52% más que cualquier cebada tradicional. Hay que tener en cuenta además, que este tipo de cebada crece a una altitud de 5.000 metros sobre el nivel del mar, concretamente en los Andes peruanos. Otro ejemplo sería una variedad de trigo cultivado en Kenia capaz de soportar la sequía extrema. La verdad es que de ejemplos de mutación inducida hay muchos, y seguramente estamos comiendo algunos alimentos desarrollados mediante esta técnica.
Los expertos en el área de las radiaciones sobre cultivos y mutaciones inducidas indican que se trata de una tecnología totalmente inofensiva que puede mejorar significativamente la alimentación del planeta, pero también indican que no terminaría de solucionar el problema de la crisis alimentaria a la que nos enfrentamos.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica trabaja conjuntamente con la FAO (Organización de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) y se dispone de un banco de datos con más de 3.000 mutaciones que han sido inducidas en unas 170 variedades distintas de plantas que se están cultivando en unos 60 países.
Adentrémonos un poco más en el tema, como ya hemos dicho, en la naturaleza se producen mutaciones espontáneas y son parte del motor evolutivo, sin estas mutaciones muchos de los cultivos de la actualidad no existirían, pero vamos a remarcar que se producen de forma natural.
Los investigadores utilizan los denominados mutágenos que pueden ser de carácter físico o químico y con ellos se tratan determinadas partes de las plantas para provocar los cambios deseados. Desde la década de los 70 la FAO y la OIEA han patrocinado diversas investigaciones en este campo con el fin de mejorar los cultivos alimentarios y ampliar la variedad genética con la que se contaba. Un documento de la FAO de hace algunos años muestra una base de datos en la que se contemplan más de 2.300 variedades alimentarias obtenidas mediante mutación inducida, manzanas, trigo, plátanos, caña de azúcar y así una larga lista. Según la FAO y la OIEA, gracias a estas prácticas se han logrado cultivar millones de hectáreas y se han obtenido grandes producciones de alimentos.
A continuación, un extracto del documento de la FAO:
«Entre los ejemplos de esta labor figura el proyecto sobre intensificación mutacional de la diversidad genética del arroz (RAS/5/037) que, entre otras cosas, ha establecido ensayos regionales con mutantes de arroz en lugares múltiples y prevé distribuir de cinco a siete nuevas variedades de arroz de alto rendimiento en los próximos tres a cinco años. La propagación de la enfermedad de Bayú en la palma de dátiles se ha convertido en un problema trasnacional en el norte de África y requiere un enfoque que abarque toda la zona. Sendos programas para combatir la enfermedad de bayú en la palma de dátiles (RAF/5/035 y RAF/5/49) han conseguido caracterizar y aislar la toxina micótica y elaborar estrategias de corto y largo plazo para poner coto a la propagación del hongo y obtener variedades resistentes a la enfermedad empleando mutantes inducidos por radiación. La labor sobre mutagénesis in vitro del banano se inició en el decenio de 1980 y ha producido un volumen apreciable de conocimientos sobre el empleo de técnicas de mutación y biotecnologías afines.
La Sección de fitotecnia y fitogenética ha respaldado esta labor mediante 25 proyectos de cooperación técnica y dos PIC sobre el banano y ha establecido una red interregional sobre el empleo de mutaciones para el mejoramiento del banano (la FAO redujo su participación en esta esfera debido a los escasos recursos disponibles). Varios mutantes mejorados (inclusive ocho variedades de sorgo de alto rendimiento en Malí y una variedad de mandioca con mejores cualidades para cocinar en Ghana) han sido distribuidos oficialmente como nuevas variedades en el marco de dos importantes proyectos sobre aumento de la producción de alimentos nutritivos induciendo mutaciones y aplicando biotecnologías (RAF/5/042 y RAF/5/050), del Acuerdo de cooperación regional en África para la investigación, el desarrollo y la capacitación en materia de ciencias y tecnología nucleares (AFRA).»
Las mutaciones se han realizado mediante rayos X, bombardeo de electrones, rayos gamma, agentes químicos, neutrones y diferentes tipos de radiación. Un total de 2.570 variedades alimentarias que se han utilizado en todo el mundo y que se pueden consultar a través de Infocrisis.iaea.
Es evidente que las mutaciones han sido elementos esenciales en nuestra existencia y en la evolución de la vida, gracias a las mutaciones hay cambios y por ellos se puede evolucionar y mejorar, pero nos queda una duda, ¿un cambio provocado por la naturaleza se puede comparar con el cambio provocado por la mutación inducida?
Ante la gran oposición hacia los transgénicos, ¿se potenciará más significativamente la mutación inducida? Esperaremos a que acabe la conferencia para conocer nuevos datos.
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