Hay labores en la cocina que hemos tenido que adaptar a los nuevos tiempos para hacerlas bien o al menos con facilidad, en el ejemplo que os vamos a poner la adaptación es fruto de la ausencia de la cocina con fuego de la que disponían nuestras madres y de la presencia de un nuevo accesorio de cocina como es el soplete, pues nos proporciona esa llama.
En la mayoría de cocinas domésticas ya hay un soplete de cocina, es un utensilio relativamente económico y es muy práctico para distintas labores culinarias, quemar azúcar, cocinar muy brevemente algunos pescados y entre otras cosas, para quitar restos de plumas de las aves.
Muchos tendréis el recuerdo de vuestras madres o abuelas quemando las partes del pollo o de la gallina que no estaban bien limpias de plumas soflamándolas directamente en el fogón. Pero claro, actualmente la mayoría de cocinas domésticas tienen cocina vitrocerámica o de inducción, por lo que esa ayuda del fuego para chamuscar y limpiar estas carnes desaparece.
Habrá personas que, en ausencia de fuego, intentarán quitar esos restos de plumas con las manos o con unas pinzas, pero disponiendo de un soplete de cocina se facilita la labor. Quizá en algunas cocinas no se encuentren con la necesidad, todo depende de lo que acostumbren a comprar y a cocinar.
Si se compra el pollo porcionado en bandejas seguramente llega bastante limpio, al menos los muslos y las pechugas de pollo, pero si se compran en la carnicería tradicional la cosa puede cambiar. Otra cosa que puede evitar la necesidad de quitar las plumas del ave es que actualmente se suele quitar la piel y con ello también se van las plumas o sus restos.
Pero esto no sucede cuando se hacen alitas de pollo, éstas normalmente se siguen cocinando con piel y precisamente son más difíciles de limpiar de plumas que otros cortes del pollo, así que suelen tener restos y es necesario chamuscarlas para quitarlos.
Ya lo sabéis, si tenéis un soplete de cocina podréis darle este uso y si no lo tenéis, quizá conociendo las distintas cosas que se pueden hacer con él en la cocina, os anime a comprarlo.
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