Posiblemente deberíamos hacerlo nosotros antes de contároslo, pero lo cierto es que nos faltarían medios para poder probar las múltiples formas que hay para conservar patatas sin tener que desperdiciar nada de este alimento. Así que vamos a compartir con vosotros el análisis que ha realizado Ann Taylor Pittman, escritora gastronómica de The Kitchn, y entre nuestras experiencias y sus aportaciones, quizá damos con la mejor opción para que las patatas se conserven frescas más tiempo.
Y es que, si tenéis cierta edad, como nosotros, recordaréis que de pequeños vuestra madre o vuestras abuelas tenían patatas de un año para otro y siempre estaban como el primer día. Pero hoy esto no sucede, si hoy compras patatas, sea en el mercado o en el supermercado, en un mes están llenas de brotes, y no importa si las guardas en un lugar fresco y sin luz, en un armario, en la nevera…
Ann Taylor Pittman ha publicado en The Kitchn sus conclusiones sobre la prueba que ha realizado almacenando las patatas de siete formas distintas, en una caja de cartón, en una bolsa de papel, en el frigorífico, en un bol o cuenco de cerámica o similar, en una cesta de mimbre o similar, en una bolsa de maya o en el embalaje original, como queda ilustrado en la foto de Alex Lepe, estilista de Tom Hoerup.
No está de más decir que los consumidores nos enfrentamos ante un reto a la hora de comprar patatas, pues no siempre vamos a tener la información suficiente para saber si estamos comprando unas patatas de temporada, de la última cosecha, o si son patatas viejas que han estado almacenadas con ciertos conservantes que las han preservado, pero que una vez que se ponen en el mercado se deterioran con una rapidez asombrosa.
Al margen de esto, y contando con que compramos las patatas de la última cosecha, habiendo sido procesadas de la forma más natural, ¿cómo conviene conservar este magnífico tubérculo para que se conserve lo más fresco y firme posible, sin que empiecen a germinar? Sabemos que las patatas se deben conservar en un lugar fresco, seco y oscuro.
También es importante que las patatas no estén amontonadas, a ser posible, con espacio entre ellas… Si habéis crecido en una familia que ha cultivado, cosechado o simplemente conservado patatas de un año para otro en el campo, habréis visto el espacio dedicado a este alimento para conservarlo, una despensa de antaño podía ser una cella, una bodega, un granero, un almacén… y no hacía falta recipiente alguno, una tela en el suelo y las patatas sobre ellas, bien extendidas.
En la actualidad no se dispone de ese espacio en las viviendas, es más, la cocina suele ser de los espacios más pequeños de la casa, así que no hay muchas posibilidades de tener una buena despensa donde conservar los productos frescos durante mucho tiempo, y quizá no hace falta, al menos a la mayoría de familias, puesto que hoy todo se consigue en el supermercado y a cualquier hora del día. Hoy pocos disfrutan de los alimentos llegados directamente del campo.
Quienes penséis que exageramos, es que no habéis conocido tiempos mejores, pero lo que sí os podemos decir, es que todo siempre puede ir a mejor. De momento, lo que todos podemos intentar hacer es cerciorarnos de que compramos productos frescos y en casa, conservarlos de la mejor forma posible. Ahora bien, a falta de espacio, lo mejor es comprar sólo lo que se va a consumir.
Al final nos olvidaremos de que veníamos a contaros las conclusiones sobre cuál es la mejor forma de conservar las patatas en casa según las pruebas realizadas por la escritora de The Kitchn, así que sin más demora, vamos a conocer sus conclusiones. Cabe señalar que en todos los casos, Ann Taylor Pittman colocó las patatas sin amontonar, en una sola capa, tanto al guardarlas en una bolsa de papel como en su propio embalaje, en un bol, etc.
Y su conclusión es que la mejor forma de conservar las patatas es en una caja de cartón, en una sola capa y sin cerrar la caja. Así se mantuvieron tersas, crujientes, firmes y húmedas, aunque algunas variedades de patata podían empezar a brotar, pero ya sabéis, hay patatas más tempranas y otras más tardías.
Lo cierto es que no es una prueba que pueda resultar concluyente, pero es importante tener en cuenta que los alimentos no se deben guardar de cualquier manera, y si estas líneas os sirven para preocuparos sobre cuál es el mejor lugar y el mejor método para conservar los tubérculos (o cualquier otro alimento) en vuestra casa, nos damos por satisfechos.