¿Quién promueve la alimentación saludable?, esa es la primera pregunta que nos surge tras ver esta carta de desayunos. La foto que ilustra este post la hemos encontrado en la página web de Ikea, en la sección Ikea Food. Curiosamente, cualquier desayuno es bastante más barato que una ensalada de fruta fresca.
La estrella de los desayunos sería el Mediterráneo, baratísimo en comparación con el resto y compuesto por ingredientes saludables, pan y jamón (habría que conocer la procedencia de éste). Pero le sigue la repostería que generalmente está cargada de grasas poco saludables y lo peor, que es lo que tienta mucho más para desayunar en una cafetería. Seguramente, tanto el desayuno Tradicional como el Sueco son muy solicitados, por el precio y por el atractivo.
Pero ¿en qué lugar quieren poner al desayuno saludable?, ¿al del ‘inalcanzable’? Por casi tres euros podemos comprar dos kilos de manzanas, casi dos kilos de kiwis, cinco kilos de melón… y seguramente este desayuno no superará los 300 gramos (aunque no tenemos ni idea).
Entonces, ¿quién promueve la alimentación saludable? Cabe destacar que no es Ikea Food el único que invita a llevar una dieta que no colabora en la lucha contra el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades a las que esto conduce, McDonald’s sería otro ejemplo con las ensaladas.
Ya hemos comentado en varias ocasiones que el consumo de fast food aumenta con la crisis económica, y aquí hay una parte del por qué, también lo comentábamos en el post La obesidad es un problema muy ligado a la educación y al nivel socioeconómico, quienes sufren problemas económicos seguirán comprando lo que su bolsillo les permita, no importa que el nivel educativo sea alto o bajo. Y hoy, quien más o quien menos, sufre la crisis en la que España y buena parte del mundo está sumida.
A todo esto, ¿qué hacemos con la noticia de AESAN de hace un par de días? Afirmaba que ‘Los resultados de los programas para prevenir la obesidad infantil tardarán todavía una década en ser visibles’?. Félix Lobo, presidente de AESAN explicaba que la creciente incidencia de obesidad infantil se podía combatir a largo plazo, pero que en ello se debía implicar toda la sociedad. Ya vemos la implicación.
Cierto es que hay iniciativas como la de la UE, que quiere combatir la obesidad con frutas y verduras gratis en las escuelas, pero no sabemos hasta donde llegarán los fondos de distribución de estos alimentos.
De todas formas, niños que ahora tengan diez años, ¿qué tomarán si van a desayunar a Ikea Food?, ¿y si van a McDonald’s?. Están creciendo con una educación nutricional pésima, asignatura muy demandada por profesionales de la salud y de otros campos, indudablemente es una asignatura necesaria para que el futuro de la población goce de salud. Y estos niños, dentro de diez años tendrán 20, habrán vivido hasta el hartazgo un caos de informaciones cruzadas, “come sano pero gasta poco”, actualmente incongruente.
A ver si se enteran de una vez de que no es compatible la crisis con la alimentación saludable (por no entrar ya en otros temas que pueden poner en duda hasta lo que creemos que es saludable). De momento, desconocemos quién se encarga de la promoción de la alimentación saludable.