El queso Cottage es un delicioso queso fresco granulado que lleva habitualmente a compararlo con la ricotta o el requesón, aunque para nosotros, que de momento no lo hemos hecho en casa y tomamos el queso cottage que venden a granel en una pequeña tienda de quesos y embutidos de nuestra localidad, encontramos que su sabor se acerca más al del queso feta.
El queso Cottage se puede encontrar también en supermercados, se presenta en tarrinas y con una granulometría variable según el productor. Es un queso fresco de origen inglés que tiene una textura granulosa y se que se torna cremosa en el paladar, parece estar bañado en nata más que en suero.
Este queso fresco está elaborado con leche de vaca, es habitual encontrar el queso cottage bajo en grasas o hecho con leche desnatada y semidesnatada, por ello hay dietas que lo recomiendan, igual que el queso fresco tipo Burgos o el requesón.
El origen del queso cottage es tan antiguo como el propio consumo de queso en los países de Europa central, aunque parece ser que la industria comenzó en EE.UU. hace casi cien años. Ha habido cambios en la elaboración de este queso blando (siempre a partir de leche fresca, cuajo y sal) con los avances tecnológicos, por eso se pueden encontrar quesos cottage muy dispares según el proceso de elaboración, industrial o artesano.
Resulta un queso con muy poca acidez, casi dulzón, ideal para incluirlo tanto en recetas dulces como saladas, y si eres amante de los quesos, probablemente disfrutarás comiendo el queso cottage a cucharadas.
Las propiedades nutritivas del queso cottage dependen del productor, pero generalmente es considerado, como ya hemos dicho, un queso bajo en grasas, con un contenido en carbohidratos no muy importante y un destacado contenido en proteínas. Proporciona aproximadamente una 120 calorías por cada 100 gramos, unos 14 gramos de proteína, 3 gramos de hidratos de carbono y 4 gramos de grasas.
Es muy fácil disfrutar en el desayuno o en la merienda con el queso cottage, basta con cubrir una tostada con este queso fresco y aderezarlo con un poco de miel, sirope de arce o mermelada. También es ideal para incluirlo en las ensaladas, coronar cremas de vegetales o legumbres, hacer salsas e incluso una rica Tarta de queso.
Por supuesto, también podemos disfrutar del queso cottage como relleno de crepes o canelones o bañar unas frutas para disfrutarlo como desayuno o postre. Como veis, las opciones de degustación son infinitas, y es que un queso fresco da mucho de sí. Seguramente vosotros tendréis algunas sugerencias para que disfrutemos de una receta con queso cottage.
En breve vamos a hacer nuestro queso cottage casero, seguramente será una elaboración que se convertirá en habitual en nuestra cocina.