Qué sucede una hora después de beber una lata de Coca Cola

Mucho se habla de los refrescos y bebidas azucaradas y de su relación con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes, la caries dental, las enfermedades del corazón, etc. Para algunos expertos el azúcar es una droga autorizada, se dice que incluso consumida en cantidades seguras, es tóxica, de ello hablábamos aquí. En muchos países se han puesto en marcha diferentes campañas para intentar frenar el consumo de este tipo de bebidas, el objetivo es frenar la obesidad y mejorar la salud y calidad de vida de los consumidores, un ejemplo que podemos citar es está campaña australiana de la que hablábamos hace un par de años y que pretendía mostrar la cantidad de azúcar que se llega a ingerir sin que nos demos cuenta.

Hoy conocemos una curiosa infografía que muestra qué sucede una hora después de beber una lata de Coca Cola o cualquier bebida similar, con un alto contenido en azúcar. La infografía la ha realizado por Niraj Naik, un ex farmacéutico del Reino Unido que comenta que, a pesar de que algunas personas que conocía mantenían una dieta estricta baja en grasas, seguían aumentando de peso, lo que le llevó a preguntarse si realmente son las grasas lo que hace subir de peso. Evidentemente no sólo son las grasas las que provocan el aumento de peso, el azúcar juega un papel muy importante, es una sustancia presente en muchos alimentos y bebidas procesadas, incluso en alimentos bajos en grasa supuestamente más saludables.

A los 10 minutos de haber tomado el refresco, 10 cucharaditas de azúcar están presentes en nuestro organismo, lo que supone superar el 100% de la ingesta diaria recomendada de azúcar. La OMS (Organización Mundial de la Salud) explica que si el consumo de azúcar no supera el 5% del total de calorías ingeridas al día, se van a apreciar beneficios en la salud. Un 5% equivale a unas 6 cucharaditas de café o a unos 25 gramos de azúcar, y son las recomendaciones para un adulto con un índice de masa corporal normal. La Coca Cola y otros refrescos similares son muy dulces, pero no terminamos de apreciarlo por el ácido fosfórico que contiene.


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A los 20 minutos de haber tomado la bebida, la presencia de azúcar o glucosa en sangre se incrementa y se estimula la producción de insulina por el páncreas para controlar su nivel, trasportándola del torrente sanguíneo a los músculos, la grasa y las células hepáticas, para ser almacenada o utilizarse como energía. Tras pasar 40 minutos de la ingesta del refresco de cola, el cuerpo ha absorbido la cafeína que contiene la bebida. Las pupilas se dilatan y la presión arterial se eleva como una respuesta al aporte recibido de glucosa. Los receptores de adenosina presentes en el cerebro se bloquean para prevenir la somnolencia a consecuencia de la ingesta de cafeína, que actúa como un antagonista no selectivo de dichos receptores. La molécula de cafeína tiene una estructura similar a la adenosina y por ello se une a los receptores sin activarlos, actuando como un inhibidor enzimático.

Tras pasar 45 minutos desde que tomamos el refresco, se incrementa la producción de dopamina, un neurotransmisor que estimula los centros del placer presentes en el núcleo accumbens del cerebro, algo similar a lo que provocan algunas drogas, en este sentido recomendamos retomar la lectura de este post que habla sobre el azúcar como droga autorizada. A los 60 minutos de haber tomado la bebida, el ácido fosfórico se une al calcio, al magnesio y al zinc en el sistema digestivo, proporcionando un nuevo impulso en el metabolismo. Esta situación se agrava por las altas dosis de azúcar y edulcorantes artificiales que además incrementan la excreción urinaria del calcio.

Entran en funcionamiento las propiedades diuréticas de la cafeína, se evacuará por la orina el calcio, el zinc y el magnesio que debían ser enviados a los huesos, así como los electrolitos, el sodio y el agua. Se puede producir una bajada de azúcar que hace que nos volvamos lentos o irritables, se ha perdido agua y nutrientes valiosos para el organismo. Según explica aquí The Renegade Pharmacist (El Farmacéutico Renegado), consumir de forma regular refrescos con exceso de azúcares y cafeína conduce a una mayor presión arterial, el riesgo de sufrir diabetes, obesidad y enfermedades del corazón, explica que la clave está en la moderación, tomar un refresco de vez en cuando no causará daños importantes al organismo, pero abusar de ellos es peligroso.

Son muchas las personas que beben refrescos a diario, con una ingesta media de 2’6 vasos por día, algo que hay que cambiar si se quiere mejorar la salud y evitar sufrir algunas de las enfermedades antes mencionadas, por otro lado, la industria de los alimentos y las bebidas, debería trabajar más para reducir el contenido de azúcar, de forma que el consumo de sus productos no afecte negativamente a la salud.

Foto | Eric Kilby

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