Soflamar es un verbo que procede del sustantivo soflama, que a su vez viene de flama, voz procedente del latín flamma y que más habitualmente se define como llama, al menos en el término en el que vamos a definir qué significa soflamar, pues esta voz tiene varias definiciones.
El diccionario de la Real Academia Española define flama como un reflejo o reverberación de la llama, y para el término soflama indica que es la llama tenue o reverberación de un fuego. También proporciona la definición de soflamar, además de los que no tienen relación con la cocina, como son: ‘Fingir, usar palabras afectadas para chasquear o engañar a alguien’ y ‘Dar a alguien motivo para que se avergüence o abochorne’.
Soflamar en cocina es, según la RAE: Dicho de aquello que se asa o se cuece, tostarse, requemarse con la llama. Quizá se utilizan ciertos sinónimos con más asiduidad, por ejemplo chamuscar, socarrar, quemar, requemar, abrasar, torrar… depende de en qué términos o preparaciones culinarias se aplique.
Pero en general, cuando se habla de soflamar en cocina se hace alusión a chamuscar o quemar algunas materias primas que deben limpiarse con la llama del fuego, como pueden ser las patas de la gallina, el pollo u otras aves, con la finalidad de retirar los restos de las plumas. También se hace con ciertos cortes del cerdo para eliminar los pelos del animal.
Tradicionalmente hemos soflamado o chamuscado en nuestra cocina con la llama de los fogones, pero actualmente para muchos es imposible, pues se cocina con vitrocerámica o inducción. No obstante, actualmente disponemos de herramientas que resultan más cómodas para soflamar, como es el soplete de cocina.
Foto | Phil Roeder