Cuando elaboramos una salsa es posible que nos quede demasiado densa, concentrada, muy ligada o entre otras cosas, muy fuerte de sabor, sea porque ha reducido mucho estando al fuego, porque el ingrediente espesante utilizado ha sido excesivo, la cantidad de líquido añadida ha resultado escasa… esto tiene solución, más fácil o más compleja según cuál haya sido la causa de que la salsa se haya quedado ‘corta’.
Se habla de alargar la salsa (allonger es el término culinario francés), cuando la preparación está demasiado concentrada y para arreglarlo se añade líquido. Es obvio que con ello la salsa se hace más ligera, tanto en densidad como en sabor, y este es un detalle que hay que tener muy en cuenta.
El líquido a añadir para alargar una salsa dependerá de su composición, normalmente se añade agua o caldo, según si lo que se desea es atenuar su sabor o más bien su densidad. En cualquier caso, cuando se habla de aligerar una salsa, también aplicable a una crema o puré, de lo que se trata es de restarle intensidad en cualquiera de sus características. Y como comentábamos, es muy importante que si se alarga una salsa porque está muy espesa, se haga de forma que no pierda sabor.
Ahora bien, ya sabemos qué significa alargar una salsa, pero también es interesante conocer que el término ‘alargar’ se utiliza en otras áreas culinarias, como en la panadería o pastelería.
En este caso, cuando se habla de alargar, se hace referencia a la masa, por ejemplo a la masa de pan, y el significado es muy simple, se trata de dar a la porción de masa la longitud deseada, la longitud definitiva antes de hornear.