A pesar de que se produce suficiente comida en el mundo, una de cada ocho personas sufren el hambre, la mala gestión de los recursos, el consumo excesivo y la mala gestión de los residuos, son algunos de los elementos comunes de un sistema alimentario que hace que millones de personas no tengan acceso a los alimentos. Con el fin de poder comprender mejor los desafíos a los que se enfrenta la población a la hora de poder acceder a los alimentos, Oxfam, organización internacional que trabaja para la promoción del desarrollo y la lucha contra el hambre, ha realizado una radiografía de 125 países para determinar qué país del mundo es el mejor o el peor para comer.
The Good Enough to Eat Index es el título de este informe que se ha elaborado en base a cuatro preguntas y diferentes parámetros, ¿tiene la población suficientes alimentos para comer?, la respuesta se ha obtenido al medir los niveles de desnutrición y el peso de los niños. ¿Pueden las personas permitirse el lujo de comer?, en este caso se ha medido el nivel del precio de los alimentos en comparación con otros bienes y servicios, también se ha tenido en cuenta la volatilidad del precio de la alimentación. ¿Es la comida de buena calidad? Esta es la tercera pregunta planteada y para su respuesta se ha medido la variedad alimentaria y el acceso al agua de calidad. Finalment,e la cuarta pregunta planteada hace alusión a la salud y a la alimentación, ¿cómo afecta el tipo de dieta a la salud de las personas?, la respuesta se ha obtenido tras la medición de los índices de obesidad y diabetes.
Según Oxfam, la combinación de los resultados obtenidos nos proporciona una retrospectiva de la situación alimentaria en el mundo. Algunos países que podían haber alcanzado los primeros puestos en la clasificación de mejores países para comer, se han colocado en puestos inferiores debido a que tienen un alto índice de obesidad y diabetes, lo que determina que la población se alimenta con productos que resultan poco saludables y que no forman parte de una dieta sana y equilibrada, como por ejemplo el fast food. Otros países occidentales no están entre los primeros puestos de la lista debido al precio elevado de los alimentos y su volatilidad, ejemplos que se citan en el informe son el Reino Unido y Estados Unidos.
Tras recopilar todos los datos, en el primer puesto de esta lista de países en los que mejor se come y que ha obtenido la mejor puntuación es Holanda, los alimentos son más económicos, el índice de diabetes es reducido y existe una gran disponibilidad alimentaria con estabilidad en los precios. Le siguen de cerca Francia y Suiza, con una puntuación menor Austria, Bélgica, Dinamarca y Suecia, en todos ellos el nivel de diabetes es relativamente bajo, existe un buen acceso al agua potable, los alimentos son más económicos en comparación con el precio de alimentos de otros países europeos y el índice de desnutrición es reducido. En el otro extremo encontramos a países como el Chad, en este país africano los alimentos tienen poco valor nutricional, los precios son elevados, el acceso a las condiciones sanitarias es limitado y uno de cada tres niños tienen bajo peso por estar desnutridos.
En el informe de Oxfam explican que a pesar de los avances tecnológicos actuales, una gran objetivo que no se ha alcanzado es el poder proporcionar a la población un sustento básico y saludable. Evidentemente, en esta lista de países los más pobres son los que más problemas tienen, aunque se destacan puestos bajos para países desarrollados. Pocos países son merecedores de ser considerados por ofrecer una gran variedad de alimentos saludables asequibles, poca volatilidad en los precios, bajo índice de desnutrición u obesidad, etc. Según los últimos datos, más de 840 millones de personas pasan hambre todos los días y eso que se produce suficiente comida como para poder abastecer a todo el mundo, al respecto es interesante recordar que un informe encargado por la FAO determinaba que se tiran a la basura 1.300 millones de toneladas de alimentos. Además del sistema de producción, el mal reparto y gestión de los alimentos, hay que destacar otros factores como la presión sobre los recursos naturales (tierra y agua) o el cambio climático, se sugiere que estos factores pueden provocar un incremento de hasta un 20% de las personas que puedan estar en riesgo de pasar hambre para el año 2050.
Como decíamos, Holanda encabeza la clasificación de los mejores países para comer, en comparación con otros países europeos, el precio de los alimentos es relativamente más accesible (económicos), cuenta con una mayor diversidad alimentaria y la dieta resulta más saludable, los índices de diabetes son más reducidos, sin embargo se destaca que el índice de sobrepeso y obesidad no está establecido de acuerdo a los factores antes indicados, es más elevado de lo esperado, uno de cada cinco habitantes del país tienen un IMC elevado. Pero este es un problema que sufren otros muchos países, concretamente los 12 primeros que aparecen en la clasificación, Holanda, Francia, Suiza, Austria, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Australia, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal. Hay que destacar que países como Australia tienen una elevada tasa de obesidad que ronda el 27% de la población.
Decíamos que el Chad es el país peor clasificado según todos los parámetros antes señalados, aunque en países como Guinea o Gambia el precio de los alimentos es mucho más elevado. Con respecto a la tasa de desnutrición y bajo peso de los niños, uno de cada tres niños sufren este problema. El informe es extenso y destaca graves problemas que a medida que pasa el tiempo se agravan, como por ejemplo la obesidad. El informe desgrana cuál es la situación de la obesidad por países, problema asociado a los mayores ingresos y cambios de dieta, aunque también señala que es un problema asociado a la pobreza, los alimentos poco saludables son más baratos y por tanto más accesibles.
Oxfam considera necesaria una acción global para mejorar el sistema alimentario que permita satisfacer las necesidades nutricionales de todo el mundo, propone varias medidas para cambiar la situación, trabajar para hecer frente al cambio climático, mejorar los derechos y acceso a las tierras en aquellas comunidades más vulnerables que dependen de sus cosechas, invertir en políticas agrícolas para mejorar la producción y la diversidad de cultivos en aquellos países en vías de desarrollo, trabajar para reducir el desperdicio alimentario, cambiar la política de los biocombustibles, ya que restan superficies de cultivo que se pueden destinar a la alimentación, políticas conjuntas entre gobiernos e industria alimentaria para mejorar la alimentación y así frenar el creciente índice de sobrepeso y obesidad, regular el tema de la especulación alimentaria, que como sabemos está a la orden del día, etc.
Os recomendamos dar un vistazo al informe The Good Enough to Eat Index (Pdf) de Oxfam para conocer la clasificación y todas las propuestas para intentar que la actual situación alimentaria del mundo cambie.
Foto 2 | Comprock