Estábamos leyendo algunos artículos online y nos hemos encontrado con una reciente publicación que hablaba sobre los envases sostenibles, cómo deberían fabricarse los envases para ser más sostenibles, cómo conseguir lo más parecido al desperdicio cero… Y nos apetecía saber más, así que hemos ido tirando del hilo y hemos llegado a un artículo de Ainia que, aunque tiene diez años, sigue siendo un tema de actualidad y que debería estar más presente en el día a día de los fabricantes y de los consumidores, porque todos somos responsables del cuidado al medio ambiente.
No olvidemos que la demanda hace la oferta. Esto quiere decir que si tenemos opción de comprar un mismo producto en un envase sostenible y en un envase menos respetuoso, si todos elegimos el primero, el fabricante del segundo deberá tomar medidas para vender, como mínimo deberá ponerse a la altura de la competencia, si no mejorarla. Pero, ¿qué es un envase sostenible? ¿Qué características debe tener para ser respetuoso con el medio ambiente?
Según explican expertos del centro tecnológico AINIA es aquel que de forma equilibrada, conjuga un mayor respeto por el medio ambiente y, en consecuencia, reduce su impacto medioambiental, una reducción de costes que favorece el crecimiento y la competitividad de la empresa, y la satisfacción del consumidor al ver cubiertas sus necesidades en cuanto a la calidad, la seguridad alimentaria y la comodidad en el uso y consumo.
Lo cierto es que el envase tiene un enorme poder a la hora de que el consumidor elija un producto frente a otro, la pena es que son las menos, las veces en las que se escoge un producto porque su envase sea más sostenible (aunque afortunadamente hay cada vez más conciencia, todavía falta mucho por hacer), normalmente llama la atención su diseño, sus colores, sus mensajes escritos, su forma, su tamaño, su material (pero no por sostenibilidad), su capacidad de conservación, etc.
Y en todas estas características la industria se esfuerza, pero, ¿se esfuerza igual en conseguir un envase más respetuoso con el medio ambiente? Todavía no lo suficiente, porque no es lo que más vende, insistimos, todavía. Así que vamos a compartir las siete características o los siete criterios que permiten lograr un envase más sostenible según los expertos de AINIA, nosotros lo compartimos con vosotros y esperamos que hagáis lo propio, hay que ser consecuentes con lo que consumimos, incluso con el continente, no sólo con el contenido.
1- Reducir materia prima tanto del envase como en el embalaje. Si se reduce la cantidad de material, se disminuye el coste y la cantidad de residuo, al tiempo que mejoramos los procesos de envasado y como consecuencia de ello, se reduce la energía que se usa para su fabricación, transporte y almacenaje.
2- Simplificación y unificación de los materiales usados para el envase de forma que su separación para el reciclaje sea más sencilla y su producción de un coste menor.
3- Adaptación del diseño del envase a los requerimientos de conservación y comodidad, evitando un excedente en materiales, reduciendo así el impacto medioambiental.
4- Mejora de las características del material del envase o del plástico a las particularidades del producto. Errores de este tipo puedan suponer daños sobre el alimento o deterioros que conlleven desechar el producto final.
5- Ajustar las dimensiones del envase para un mejor transporte, tanto las unidades del producto como el pack. Reducir las pérdidas de espacio en el transporte supone un menor consumo de energía en el transporte y un menor coste de almacenaje.
6- Los envases adaptados al consumidor, tanto en dosificación como cantidades de producto no sobredimensionadas, impiden que el producto perezca antes de ser consumido. Esto favorece un uso más responsable, evitando despilfarros del alimento.
7- Uso de nuevos materiales más biodegradables o reciclables.
Son muchos los aspectos a tener en cuenta para la optimización de un envase sin perder de vista nuestras demandas y necesidades como consumidores. En definitiva, es la fusión de lo ecológico, lo económico y lo social. Entendemos como una reducción del impacto ambiental a aquellas acciones destinadas a disminuir los consumos de agua, menores o nulas emisiones de C02, menor consumo eléctrico, mayor eficiencia energética, mejor uso de los recursos o materias primas, procesos más eficientes desde la distribución del producto hasta su almacenaje, aprovechamiento del producto, posibilidad de reutilización, disminuir la cantidad de residuos, etc.
Si queréis ampliar información al respecto, podéis acceder a la página del centro tecnológico AINIA al inicio enlazada. Nosotros también continuaremos consultando fuentes para conocer más sobre los envases sostenibles, cómo está evolucionando este mercado, etc. Contadnos si es un tema que os interesa abordar con detalle.
Foto 1 | Todd Morris
Foto 2 | AINIA