En la actualidad, en Occidente no existe un concepto ampliamente reconocido o establecido que se denomine «nutrición punk» o “salud punk”, pero existe en China, donde este término se acuñó describiendo un estilo de vida en el que los consumidores jóvenes, después de un duro y largo trabajo que supera las jornadas laborales de 10 horas, intentan compensar el sobreesfuerzo con una nutrición y suplementos de alta calidad.
Este grupo de consumidores quieren tener una vida longeva y saludable a pesar de la estresante vida laboral, por ello recurren a la nutrición y a los suplementos, no preocupándoles pagar más por alimentos y suplementación que cumplan sus expectativas y objetivos. Se podría decir que ‘nutrición punk’ es una descriptiva que está relacionada con enfoques que no encajan con la tendencia convencional de alimentación, dieta y salud.
Tampoco se entiende el porqué de esta descriptiva, como sabemos, el término punk se asocia a un movimiento contracultural que se originó en la década de 1970, principalmente en el ámbito musical, pero posteriormente se extendió a otros aspectos de la cultura y el estilo de vida, recordemos que el punk se asocia en ocasiones a actitudes antisistema, a la independencia y en ocasiones a la creatividad, puede parecer que no encaje en el contexto de la alimentación, pero recordemos que hemos hablado de una tendencia que se aleja de la alimentación convencional.
Al parecer, consumidores con edades comprendidas entre los 25 y 35 años son los que más siguen la alimentación punk, donde la demanda de salud y bienestar no se limita a los suplementos dietéticos, sino también a los alimentos enriquecidos nutricionalmente con las funcionalidades deseadas, por ejemplo, bebidas y alimentos prebióticos, probióticos, simbióticos o postbióticos, productos que deben tener un valor añadido y que es precisamente lo que atrae a quienes siguen esa denominada ‘nutrición punk’, aunque también ocurre algo parecido en Europa, aunque no tenga nombre.
La realidad es que la competencia en el sector de los alimentos funcionales y enriquecidos ha intensificado su actividad, ya que los consumidores buscan continuamente opciones que ofrezcan algo único y exclusivo. Hablando en el contexto de China, un producto como la col rizada se ha consolidado como un superalimento ampliamente reconocido que se considera extremadamente saludable.
Sin embargo, la saturación del mercado hace que destacar sea todo un desafío y en este sentido, la clave para destacar radica en añadir valor y funcionalidad real a los productos alimenticios. Por ello se puede lanzar al mercado una bebida innovadora elaborada con col rizada que incorpora postbióticos, y se convierte en un producto deseado para ese segmento poblacional chino que busca compensar con la alimentación los excesos laborales. El producto en cuestión tiene un mejor perfil nutricional y ofrece beneficios al sistema inmunitario, precisamente lo que buscan esos consumidores que siguen el pengke yangsheng (朋克养生) o salud punk, y esas diferencias justifican, según la industria, que el precio sea mayor.
Cierto es que la innovación constante y la búsqueda de formas creativas de mejorar la funcionalidad son cruciales en un mercado cada vez más saturado, por lo que la adición de postbióticos no sólo refleja el compromiso con la salud, sino que también permite ofrecer algo fresco, innovador y emocionante a los consumidores. En última instancia, la calidad y la innovación son las claves para mantener esa relevancia y atraer a un grupo de consumidores que cada vez son más exigentes.
La demanda de productos saludables no se limita sólo a China, consumidores de diferentes países asiáticos buscan este tipo de productos y la demanda crece a pesar de que deben pagar más por ellos, pero es que ocurre lo mismo en los países occidentales. Cada vez más consumidores son conscientes de la necesidad de seguir una alimentación que les mantenga fuertes y sanos, y que les permita vivir mejor y más tiempo. Claro, que según leemos aquí, muchos de los productos más saludables, a menudo se encuentran con los desafíos regulatorios al intentar incorporar formulaciones efectivas que incluyan ingredientes como los postbióticos, o al hacer declaraciones específicas sobre las propiedades saludables de sus productos.
Desde la industria explican que existe una considerable brecha entre las demandas de los consumidores y las restricciones regulatorias gubernamentales, a pesar de la existencia de numerosos estudios clínicos que respaldan los productos, claro, que esos productos deben ser validados por estudios de las agencias reguladoras, no por estudios de las propias empresas. Podéis conocer algo más de información sobre la nutrición o salud punk a través de este artículo publicado en la revista Ingredients.
Foto 1 | Hacer chips de kale al horno