La crema doble no es muy popular ni habitual en la gastronomía española, pero con la globalización culinaria a menudo nos encontramos con recetas que requieren ingredientes que no hemos utilizado antes, y una vez que se introducen nuestra despensa, es posible que se conviertan en un ingrediente más o menos habitual. De momento la crema doble no es un ingrediente muy fácil de encontrar en los comercios habituales a pesar de no ser un ingrediente complejo.
¿Qué es la crema doble o double cream?, recordad que en otros países de habla hispana se conoce como crema de lecha a lo que nosotros denominamos nata, por lo tanto, la crema doble nosotros la denominaríamos nata doble. ¿Y a qué se refiere con ‘doble’?, pues sencillamente a la proporción de materia grasa.
La crema doble, double cream o nata doble es nata que tiene un porcentaje de grasa mayor que la nata para montar y la nata para cocinar, las dos variedades que habitualmente tenemos en nuestra despensa. La nata para cocinar suele tener en torno al 18% de materia grasa (M.G.), depende un poco de la marca, y la nata para montar ronda el 30-36% de M.G.
Hay varios tipos de nata doble, pero se suele generalizar diciendo que es la nata que tiene más del 36% de materia grasa, pudiendo alcanzar el 60%. De todas formas, generalmente cuando se habla de la double cream se hace referencia a la nata con un 48% de materia grasa.
Siendo más precisos y repasando la tabla de los tipos de nata del libro La cocina y los alimentos, se denomina nata espesa a la que tiene un 38% de M.G., nata doble cuando tiene más del 48% de M.G., nata cuajada si supera el 55% de M.G. y nata plástica si tiene entre 65 y 85% de M.G.
La nata doble es una nata espesa, con cuerpo y suele utilizarse para montar, para hacer coberturas, para proporcionar cremosidad y grasa a ciertas elaboraciones culinarias… algunas pueden utilizarse para untar, sobre todo cuando se habla de la nata cuajada o la nata plástica antes mencionadas.
La crema doble es muy utilizada en países de habla inglesa, sobre todo en Reino Unido, del mismo modo que nosotros utilizamos la nata que denominamos ‘para montar’, para hacer postres muy cremosos o muy aireados, para hacer helados, para rellenos o coberturas de tartas… también en recetas saladas como salsas, cremas de verduras, huevos revueltos, etc.
Si no se dispone de nata doble para una receta, generalmente se puede sustituir por la nata que encontremos con mayor contenido en materia grasa, lo que perderemos es algo de cremosidad en la elaboración, untuosidad en el paladar y grasa en el plato, reduciendo también la saciedad (más bien provoca una especie de empacho) que ésta proporciona, así como el contenido energético.
Foto | SO