Hoy es un buen día para ver un vídeo de una breve entrevista realizada a Jordi Roca, el menor de los hermanos Roca, el que endulza el paladar de los comensales que viven una experiencia gastronómica en El Celler de Can Roca. Ya os lo hemos comentado en muchas ocasiones, Jordi Roca no es repostero ni se dedica a hacer pasteles para que se le llame pastelero, su pasión y su labor es la de elaborar postres, por eso dice que su profesión es la de postrero.
Y no pensemos que este término no existe, lo que ocurre es que según la RAE tiene otros significados (1. Último en una lista o serie 2. Parte más retirada o última en un lugar), así que será un término que la Real Academia Española tendrá que poner en revisión, como tantos otros. El caso es que en el vídeo que podéis ver a continuación, podemos saber qué es la cocina dulce para Jordi Roca.
En la entrevista empieza explicando brevemente el origen de su restaurante, ya sabéis que es un establecimiento familiar que fundaron sus abuelos, y cómo se interesó por la partida dulce de la cocina. Jordi Roca no tenía muy claro si quería ser camarero o cocinero, así que iba ayudando allí donde se le necesitaba, hasta que llegó al restaurante el pastelero Damian Allsop, con él Jordi Roca aprendió el oficio, y desde entonces se inició la conversación a tres, el cocinero, el sumiller y el ‘postrero’.
Cada uno de ellos aporta un 33’3% de la experiencia gastronómica en El Celler de Can Roca, explica Jordi Roca que la cocina dulce representa ese porcentaje en el restaurante y que no sólo se disfruta al finalizar la comida, como han explicado a menudo, en todos los platos que se crean participan los tres hermanos, armonizando con un vino, incorporando un toque dulce o salado, creando un postre a partir de las características del vino…
Cuenta también que en el menú se ve claramente qué plato nace de una idea de Josep, de Joan o suya, estaría bien ponernos a prueba ¿verdad?, añade que además tiene un rol al ser el pequeño de los hermanos, Jordi Roca es el artífice de la parte más atrevida, alocada o que intenta sacar una sonrisa al comensal. Sobre eso no cabe ninguna duda.
Muchas personas piensan que cuando llega el postre en un menú largo y lleno de sorpresas, sabores, armonías… el comensal se relaja, no hay hambre, el paladar está extasiado y no presta tanta atención a los platos dulces, pero Jordi Roca lo ve de otro modo, ese momento de relax y comodidad lo aprovecha para dar rienda suelta a su creatividad y a presentar a los comensales cosas más atrevidas, además, piensa que lo último que comes es lo primero que recuerdas cuando sales del restaurante.
Para Jordi Roca la cocina dulce es lo más importante, igual que para un cocinero lo es la cocina salada, simplemente destaca que la cocina hay que verla de una manera más divertida. Las tres ‘rocas’ del Celler lo consiguen, además, conscientes de que cada vez reciben más visitas de apasionados por la gastronomía de distintos países con la finalidad de disfrutar y además de conocer la gastronomía local, procuran mostrar la cultura y la cocina catalana, y contarla como mejor saben hacerlo.
El postrero del Celler de Can Roca afirma que para él es muy importante poder llegar al máximo de personas posible y hacer llegar la alta cocina a la calle, y en parte, por ello creó la heladería Rocambolesc, es el medio por el que puede llevar los postres del restaurante a una forma de consumición más divertida, desenfadada, asequible y accesible, el éxito de Rocambolesc le da la razón, habla un lenguaje comprensible para todos.
En fin, seguramente sabíais qué es la cocina dulce para Jordi Roca antes de ver el vídeo, y conociéndolo un poco sabemos que es mucho más de lo que ha declarado en la breve entrevista, pero esperamos que os haya resultado una conversación entretenida. Jordi es un genio.