Una tecnología innovadora y emergente que ha destacado en los últimos años es la agricultura de cultivo celular, tecnología de la que se dice que tiene la capacidad de transformar radicalmente la forma en la que se producen los alimentos con un amplio abanico de implicaciones socioeconómicas y ambientales. La agricultura celular es el cultivo de tejidos y células vegetales o animales en entornos controlados para producir productos alimentarios, sin que sea necesaria la crianza y producción animal o sin el cultivo tradicional de alimentos vegetales.
Con la agricultura celular o agricultura de precisión ya no es necesario depender de la agricultura o la ganadería tradicional, por lo que se presenta como una alternativa más sostenible y eficiente. Se reduce significativamente el uso de recursos como el agua y la tierra, se minimiza la liberación de gases de efecto invernadero, se reduce el gasto energético, el maltrato animal es inexistente, los alimentos desarrollados no contienen hormonas, antibióticos u otras sustancias no deseadas, también están libres de las enfermedades habituales de los métodos de producción tradicionales.
En el cultivo de células vegetales, las células se cultivan en un entorno controlado proporcionándoles el ambiente y los nutrientes adecuados para que puedan desarrollarse y formen estructuras de tejidos vegetales. Se pueden producir frutas, verduras, cereales y demás, sin que sea necesario ni sembrar ni cultivar las plantas. En el cultivo de células animales se aplica la misma técnica, pero para producir carne se utilizan células cultivadas de los músculos y se producen todo tipo de productos cárnicos, hamburguesas, filetes, etc.
En la agricultura celular se trabaja con bioingeniería y biología molecular, se diseñan bioreactores, sistemas diseñados para cultivar las células en un entorno controlado, proporcionando los nutrientes y el oxígeno y eliminando los desechos. Se utilizan andamios y matrices, es decir, lo que proporciona a las células el soporte estructural para facilitar el crecimiento y permitir que se desarrollen en estructuras tridimensionales similares a los tejidos reales. Se utilizan biomateriales y medios de cultivo específicos con nutrientes y factores de crecimiento necesarios para el desarrollo celular.
Decíamos que el cultivo celular ofrece una serie de beneficios que son significativos, son sostenibles ambientalmente porque se reduce la huella ambiental asociada con la agricultura convencional, como la deforestación o la contaminación del agua, entre otros. Es eficiente en el uso de recursos al reducirse significativamente la necesidad de usar tierra, agua y energía, favorece el bienestar animal, ya que no es necesaria la crianza y el sacrificio de animales para la producción de alimentos. Además, se pueden personalizar los alimentos, permitiendo la creación de perfiles nutricionales específicos y adaptados a las necesidades individuales.
En el ámbito de la seguridad alimentaria, los alimentos de cultivo celular pueden ofrecer una producción más predecible y constante, no dependen de las condiciones climáticas ni de ciertos recursos. Hay que decir que aunque el cultivo celular tiene un gran potencial, se enfrenta a diferentes desafíos técnicos y éticos que en algunos casos, todavía no se han superado.
Otro punto a destacar es el coste de la producción, que obliga a las empresas de este sector a investigar y mejorar los sistemas empleados para que, al menos, alcancen la paridad de precios con los alimentos producidos tradicionalmente. Otro reto es la percepción de los consumidores, según algunos estudios, una parte de ellos tendrían reservas a la hora de consumir este tipo de alimentos. Una cuestión importante son los marcos regulatorios, que deben ser claros y capaces de abordar la seguridad y la aceptación del consumidor.
Una cosa está clara, a medida que la tecnología avanza y se resuelven los diferentes desafíos citados y otros, como por ejemplo mejorar el color y la textura, los alimentos de cultivo celular tienen el potencial de transformar la industria alimentaria de un modo que todavía no se llega a concebir. Estos alimentos ya se han empezado a comercializar en países como Singapur, de hecho, fue el primero en el mundo en aprobar la comercialización de carne de cultivo celular, y se prevé que en el futuro a corto o medio plazo podamos ver los alimentos producidos con agricultura celular en los supermercados. Por cierto, no olvidemos la acuicultura celular con la que se pueden obtener todo tipo de pescado y marisco más sostenible, saludable y seguro, de la que hablaremos próximamente.
Aunque el cultivo celular para la producción de alimentos representa una promesa emocionante para abordar los desafíos contemporáneos en la producción alimentaria, hay muchas cuestiones que se deben abordar y aclarar. Recordemos que el año pasado la OMS y la FAO iniciaron un estudio para identificar los riesgos y peligros de los alimentos de cultivo celular, abordando todo tipo de cuestiones como los diferentes procesos de fabricación, según el alimento a base de células que se debe producir, o en base a las nuevas tecnologías, se trata de determinar si los alimentos producidos son totalmente seguros y lo mismo lleva a cabo la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea).
A continuación podéis conocer una pequeña selección de productos alimenticios que se han desarrollado o se están desarrollando con agricultura celular, pero si queréis conocer más productos, simplemente deberéis utilizar el buscador de Gastronomía & Cía:
Nuevo café elaborado a partir del cultivo celular
Carnes exóticas de cultivo celular
Azafrán de cultivo celular de Ayana Bio y Wooree Green Science
Lanzamiento de la primera carne de cultivo celular de codorniz japonesa
La agricultura celular podría garantizar un suministro de cacao sostenible en el futuro
El primer caviar de cultivo celular, en breve
Plantas de patatas productoras de caseína gracias a la agricultura celular
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