Muchas veces habréis oído hablar sobre el equilibrio energético o balance energético, y vamos a ver qué significa, es sencillo, simplemente se trata de la relación entre la energía que se ingiere (las calorías que tomamos con la comida y la bebida), y la energía que se gasta (la que nuestro cuerpo consume con las funciones vitales y la actividad). Así pues, para definir qué es el equilibrio energético podemos decir que es comer la misma cantidad de energía que se gasta.
Para conocer un poco más en detalle y de forma sencilla qué es el balance energético y los factores genéticos y ambientales que contribuyen a este equilibrio, vamos a dejaros con un breve vídeo que en cinco minutos lo explica de forma didáctica y amena. Cabe destacar que los expertos en salud afirman que es fundamental para prevenir el sobrepeso y la obesidad.
El vídeo que podréis ver bajo estas líneas ha sido realizado por el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación, (EUFIC, por sus siglas en inglés), una organización sin ánimo de lucro cuya plataforma online se dedica a informar a los consumidores sobre la calidad nutricional, la seguridad de los alimentos, la alimentación saludable y equilibrada, y todo lo relacionado con la alimentación con una base científica pero comprensible para todos.
La entrada de energía al organismo sólo se da a través de la ingesta de alimentos, mientras que el gasto se produce de distintas formas, la principal es el metabolismo basal, es decir, nuestro cuerpo consume entre un 60 y un 70% de la energía diaria (en una dieta equilibrada) por el funcionamiento de los órganos vitales, aunque estemos en reposo. Un 10% de la energía se consume por lo que se conoce como efecto térmico de los alimentos, es decir, la digestión, el organismo requiere de energía para transformar los alimentos en sustancias nutritivas.
Y la actividad física es un factor muy importante en el gasto de energía ronda el 20-30%, y aquí es donde hay más diferencias entre individuos, pues aunque se reconozca como actividad física caminar, planchar… no se consume la misma que practicando algún deporte como el running, el fitness, el fútbol, etc. Normalmente se acusa a una mala alimentación del aumento de la obesidad en la población (exceso de grasas, exceso de azúcar…), pero hay que decir que el sedentarismo es otro de los grandes responsables de este problema.
Si se ingieren más calorías de las que gasta el organismo se produce el aumento de peso, y si esto se convierte en un hábito, con el tiempo el individuo llega a convertirse en una persona obesa, y ya sabemos que esto sólo conduce a aumentar el riesgo de padecer enfermedades, de ahí que se dé tanta importancia al equilibrio energético.
En el vídeo continúan explicando cómo se mide la energía de los alimentos, cómo se puede conocer cuántas calorías (kilocalorías) tienen los alimentos, cómo leer las etiquetas, cuáles son las necesidades energéticas de hombres y mujeres… pero ojo, que son cifras orientativas, no concluyentes, pues de una persona a otra puede variar considerablemente por varios factores, por el género, por la edad, por los genes, por el estilo de vida y por la actividad física.
Lo que no varía entre individuos es que si se comen tantas calorías como se gastan, se está cumpliendo el equilibrio energético, y por lo tanto no se baja ni se aumenta de peso. Así que cuando algunas personas dicen comer poco y engordar, lo que deberán hacer es aumentar la actividad física diaria para que esto no suceda.
Tener exceso de peso no es un problema estético, es un problema de salud, y depende de cada uno querer padecerlo o no (siempre que no haya alguna patología que conduzca a ello). Ahora bien, aunque el equilibrio energético parezca sencillo, hay que tener varias cosas en cuenta. Si se necesita adelgazar lo normal es reducir el consumo de alimentos y aumentar la actividad física, pero con el descenso de peso desciende también la necesidad energética, así que el equilibrio energético se reajusta pero a un nivel más bajo.
Con un equilibrio energético más bajo es fácil que la ingesta de calorías supere a la que se consumen, es decir, que se coma más de lo que el cuerpo necesite, y en consecuencia aparece el efecto yo-yo, o sea, que se recupere el peso que se había perdido e incluso que se supere. Así que la mejor forma de redistribuir y mantener el equilibrio energético en un nivel saludable es con actividad física,
Al final proporcionan algunos consejos para realizar pequeños cambios que den sus frutos a largo plazo, consejos que seguramente habéis leído más de una vez, caminar más en lugar de coger el coche o el transporte público, subir por las escaleras en lugar del ascensor, servir la comida en platos más pequeños, tomar más verduras, comer frutas o yogur entre horas…
Esperamos que el vídeo sobre el equilibrio energético os ayude a comprender un poco mejor cómo funcionamos y que os anime a reconducir vuestros hábitos para mejorar la salud y aumentar el bienestar.