El término pollo espagueti (spaghetti meat) hace referencia a un problema muscular de los pollos criados de forma intensiva, donde las fibras del músculo pectoral o pechugas, se separan y la carne adquiere una textura suelta, blanda y deshilachada, similar a los de un espagueti. Este defecto en la carne no supone un peligro para la salud de los consumidores, pero sí afecta de forma negativa a la imagen y calidad de la carne.
En los últimos años este defecto ha ganado relevancia debido al incremento de la cría intensiva de pollos, ya que los productores buscan maximizar la producción y obtener pollos más grandes en el menor tiempo posible. El defecto pollo espagueti no es tan conocido como el síndrome de la pechuga de madera (woody breast syndrome), pero en ambos casos comparten los problemas derivados del rápido crecimiento de las aves.
La textura y apariencia del pollo espagueti se caracteriza por una carne blanda y gelatinosa, con fibras musculares separadas con un aspecto deshilachado, nada que ver con la típica firmeza que tiene la carne de pollo de buena calidad.
El problema está directamente relacionado con el rápido engorde y crecimiento de los pollos en sistemas de producción intensiva, ese crecimiento acelerado genera un desequilibrio en el tejido conectivo, debilitándolo y causando que las fibras musculares pierdan cohesión, es decir, las fibras del tejido conectivo no pueden mantener unidas las fibras musculares. Como decíamos, la pechuga de pollo espagueti se puede consumir, pero su inusual textura hace que sea rechazada por los consumidores, lo que supone pérdidas económicas significativas para la industria avícola.
A continuación podéis ver una comparativa entre el pollo espagueti y el síndrome de la pechuga de madera, podréis ver que existen diferencias importantes:
La cría intensiva de pollos ha evolucionado de forma significativa en las últimas décadas, desde la mitad del siglo XX los pollos han sido criados para crecer más rápido y alcanzar tamaños mucho mayores que los que se crían en condiciones naturales. Para tener una idea, en Estados Unidos, donde la producción intensiva es predominante, se calcula que hasta un 25% de los pollos pueden tener el síndrome de la pechuga de madera, pero en una proporción similar la cría de pollo también podría verse afectada por el problema del pollo espagueti. En Europa los pollos son generalmente más pequeños, pero aun así, el problema afecta al 7-10% de las aves.
Un crecimiento acelerado genera estrés muscular debido a la falta de un adecuado suministro de sangre, daño estructural en los músculos debido al exceso de peso, y estrés oxidativo que afecta negativamente a la calidad del tejido muscular. La industria avícola trabaja para identificar las causas subyacentes del problema y algunas de las soluciones que se barajan son realizar un ajuste en la dieta de los pollos añadiendo a su alimentación antioxidantes y minerales que fortalecen los tejidos musculares, reducir el estrés que sufren los pollos y controlar el ritmo de crecimiento con técnicas más sostenibles.
En el caso del síndrome de la pechuga de madera, la tecnología ha avanzado hacia el desarrollo de máquinas como la Tomra QV-P, capaz de identificar las pechugas que sufren este defecto mediante análisis químico. Sin embargo, la verdadera solución sería una revisión de las prácticas de producción intensiva, priorizando el bienestar animal y un crecimiento más natural. Recordemos que no hace mucho un grupo de investigadores de la empresa Novus, dio a conocer una nueva solución con la que se podría reducir el problema del síndrome de la pechuga de madera.
El problema del pollo espagueti y el síndrome de la pechuga de madera muestran los límites de la cría intensiva de aves, obligando a llevar un cambio hacia prácticas de crianza más sostenibles y menos intensivas, algo que podría reducir la incidencia de estos problemas, mejorando la calidad de vida de las aves y ofreciendo a los consumidores unas pechugas más saludables y de mejor calidad.