En el mes de diciembre del año pasado podíamos saber que la industria láctea solicitaba a la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) que la industria de la bebidas vegetales dejara de utilizar términos lácteos en las etiquetas y descriptivas de sus productos, argumentando que se confundía al consumidor, se estaba violando la normativa de identidad de la leche y se perjudicaba a la industria láctea.
Posteriormente, la industria de las bebidas vegetales reaccionó enviando un documento a la FDA, solicitando a esta agencia que detuviera los ataques de la industria láctea, ya que sus argumentos no tenían fundamento, considerando que los productos que elabora están perfectamente etiquetados con su nombre común o habitual, algo que además fue corroborado por la justicia. Pues bien, parece que esta “guerra” por el uso de descriptivas como “leche” no ha hecho más que empezar, ya que se ha preparado un Proyecto de Ley para prohibir el uso de los términos lácteos a la industria de las bebidas vegetales de Estados Unidos.
El nuevo Proyecto de Ley se denomina DAIRY PRIDE Act y tiene el cometido de defender a la industria láctea frente a lo que se consideran imitaciones o productos sustitutos (bebidas y alimentos vegetales), promoviendo además el consumo regular de productos lácteos. Esta es una ley que se podría considerar partidista, ya que no se habla únicamente de evitar el uso de términos lácteos, se habla de promoverlos y ponerlos en valor por encima de las bebidas y alimentos vegetales.
El proyecto ha sido presentado por Tammy Baldwin y Peter Welch, dos senadores demócratas que han manifestado su apoyo incondicional al sector lácteo. Aseguran que los productores lácteos trabajan sin descanso para garantizar que la leche cumple con los más altos estándares de calidad, por lo que no se puede permitir que los productos de imitación, como así los denominan los senadores, utilicen el buen nombre de los productos lácteos para beneficio propio, algo que va en contra de la ley y que por tanto debe ser protegido, recordemos que en Estados Unidos existe esta normativa de identidad de la leche, donde se describe qué es la leche, cómo se obtiene, a qué procesos se somete, qué métodos se utilizan para analizar su composición, etc.
En este Proyecto de Ley se hace hincapié en el engaño al consumidor que supone el uso de términos lácteos, se considera que no se puede hablar de leche de almendras, coco, soja, nueces, avellanas, etc. Según el documento redactado, permitir a estas bebidas alternativas utilizar la descriptiva ‘leche’ (algo que ocurre en Europa como se aprecia en las fotografías) duele a los productores por la razón antes argumentada, que trabajan sin descanso para ofrecer un producto de gran valor nutricional que cumple con todos los estándares de calidad y con las normativas de la FDA. Esta industria de los alimentos y bebidas vegetales etiqueta incorrectamente sus productos, ya que en ocasiones contienen un amplio abanico de ingredientes y nutrientes que no son equivalentes al contenido nutricional de los productos lácteos.
Aunque le pese a la industria láctea, lo cierto es que cada vez hay más consumidores que buscan bebidas de origen vegetal que sustituyan a la leche por varias razones, por salud, por sostenibilidad, por convicciones personales, etc. Según un informe de Nielsen, durante los últimos cinco años la venta de la bebida de almendras ha experimentado un crecimiento del 250%, mientras que las ventas de leche de vaca han ido cayendo año tras año, incluso a pesar de que se redujo el precio de la leche con el propósito de recuperar cuota de mercado. De momento el volumen del mercado lácteo es significativamente mayor que el del mercado de las bebidas vegetales, pero quizá la industria láctea tema los resultados de algunas encuestas en las que se concluye que el 34% de los consumidores estadounidenses prefieren las bebidas de origen vegetal a las leches de origen animal.
Para los ganaderos y la industria del sector en general, se trata de una imitación que puede ser la forma más sincera de adulteración, utilizar términos lácteos es incorrecto y engañoso. El senador Tammy Baldwin comenta en este artículo de su página web, que se opone a todo etiquetado falso de productos alimenticios que no son productos lácteos verdaderos, por ello, para combatir la práctica injusta de un etiquetado incorrecto, ha decidido promover le mencionada ley para que se prohíba el uso cualquier término lácteo en productos que no tengan nada que ver con la leche.
En el Proyecto de Ley (DAIRY PRIDE Act) que podéis leer aquí (Pdf), habla sobre la importancia de los productos lácteos como parte de una dieta saludable para la población, citando que están presentes en las guías alimentarias del país, se argumenta que contribuyen a reducir el riesgo de obesidad, síndrome metabólico, diabetes…, también se destacan los nutrientes que aportan al organismo, la cantidad diaria que se debe tomar, etc. Por supuesto, en el texto se alude a la proliferación de productos vegetales en el mercado que incluyen términos lácteos, considerando varios puntos que se deben cumplir, no utilizar dichos términos, así como otra serie de requisitos.
Se establecen los plazos para que los fabricantes de bebidas y alimentos de origen vegetal realicen los cambios oportunos, especificando las advertencias y sanciones que se podrán aplicar. Como comentan aquí, si a estas bebidas no se les permite utilizar términos lácteos, habrá que pasar la escoba a fondo, se puede citar por ejemplo la mantequilla de cacahuete (peanut butter), se utiliza el término ‘mantequilla’ y además en la etiqueta, no en la descriptiva como podéis ver en la fotografía. En este caso la industria láctea no dice nada, al menos de momento.
Más que una ley, es una carta de presentación promocional de la industria láctea que debería ser rechazada al no ajustarse concretamente a los términos de la reclamación, es una declaración de intenciones intentar castigar a una industria cuyos productos son cada vez más demandados. Aunque en este sentido, no está de más saber que en este tipo de bebidas el producto estrella apenas está presente, por ejemplo la denominada “leche de avellanas” sólo contiene un 2’5% de avellanas, el resto de ingredientes son agua, azúcar, fosfatos tricálcicos, sal, estabilizantes y vitaminas.
Foto 1 | Chfa