A finales del año 2014 Berkeley (California) se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en aprobar el impuesto de los refrescos, lo que sentó precedente para que otras ciudades secundaran la iniciativa presentando sus propuestas para aprobarlas posteriormente, se pueden citar ciudades como San Francisco, Seattle, Albany, Oakland, Filadelfia y Boulder, en otras se ha realizado la propuesta y está pendiente de aprobación, por ejemplo, Washington. Desde que empezó a plantearse la introducción del impuesto, la industria de los refrescos ha estado luchando contra esta medida, en algunos casos con esfuerzos infructuosos, mientras que en otros ha logrado paralizarla temporalmente.
El caso es que hoy podemos saber que se ha acordado un Proyecto de Ley en California para prohibir el impuesto de los refrescos durante 12 años, este es el resultado de una medida electoral impulsada por la industria de las bebidas y los refrescos, que ha contado con el suficiente respaldo para incluirla en la votación que tendrá lugar en California el próximo mes de noviembre. El impuesto ha sido un tema importante para el Gobierno local durante los últimos años, se han llevado a cabo varios debates dentro y fuera del Senado, el sector de la sanidad pública ha aplaudido la medida considerándola eficaz para frenar el sobrepeso, la obesidad, la caries dental, la diabetes de tipo 2, etc.
Sin embargo, la industria de los refrescos no está de acuerdo con la medida, ya que no quieren perder ventas por su causa, y tampoco están de acuerdo todos los consumidores, muchos quieren seguir disfrutando de sus refrescos azucarados preferidos a precios razonables. Estos consumidores son los que respaldan el compromiso citado que se llevará a las urnas, se trata de una nueva legislación que previene la creación de nuevos impuestos en cualquier tipo de alimento o bebida hasta el año 2031, aunque, en realidad, el sector de los refrescos es el máximo beneficiado.
Muchos se han sorprendido, como la American Heart Association (AHA), a la que le resulta muy extraño que una propuesta de esta naturaleza haya sido aprobada en el último minuto. Por supuesto, esta asociación se ha opuesto abiertamente al Proyecto de Ley y considera que el impuesto de los refrescos debe mantenerse, considera que los fabricantes de refrescos llevan a cabo intentos desesperados para preservar sus beneficios económicos con cualquier medio posible y a costa de la salud de los ciudadanos. En la página web de AHA podemos leer que los expertos creen que la industria de los refrescos intentará poner en marcha propuestas similares en otras ciudades, lo que sería muy contraproducente.
La medida ha sido parte de un acuerdo político de última hora que impide a las comunidades locales implantar un impuesto si no cuenta con la aprobación de dos tercios de los votantes, es decir, una amplia mayoría. La American Beverage Association (Asociación Americana de Bebidas), un poderoso grupo de presión que ha invertido millones de dólares en favor de los intereses de las empresas de bebidas del país, comenta que, con su propuesta, el objetivo es ayudar a las familias trabajadoras a fin de evitar que se produzca un aumento injusto de los precios de alimentos y bebidas.
De esta manera California se suma a Arizona y Michigan como Estados que cuentan con leyes que impiden a los gobiernos locales aprobar impuestos a las bebidas azucaradas y a otros productos alimenticios. Otro Estado que se podría sumar es Oregón, ya que también tienen elecciones en noviembre y una medida similar debe ser votada. Para la American Heart Association, esta es una de las peores leyes que se han visto en las tres últimas décadas, es un proyecto de ley que se ha diseñado como estrategia que beneficia directamente a la industria alimentaria y supone un paso atrás en la lucha para mejorar la salud de la población.
Para la industria de las bebidas y los refrescos es una gran victoria que culminará en las urnas en noviembre, pero para el bienestar público supone una gran derrota, la AHA y otras asociaciones han emitido una declaración conjunta oponiéndose a la medida, pero de poco va a servir. No nos extrañará nada que al final la industria termine saliéndose con la suya en California y en otros Estados, con el argumento de mirar por el bolsillo del consumidor y con una buena estrategia electoral, han conseguido confundir a los consumidores. Podéis conocer todos los detalles de la noticia a través de este artículo publicado en la página web de AHA.
Foto 2 | Debbie Ramone