La Unión Europea ha decidido actualizar su modus operandis en lo que respecta a la protección de los consumidores, la razón es que cada vez hay más productos de consumo sofisticados, complejos, procedentes de otros países, etc., por ello se ha presentado un paquete de propuestas para reforzar la seguridad de los alimentos en la Unión Europea. Se trata de una actualización de las actuales normativas para poder abordar diversos puntos.
Se intentará alcanzar la armonización normativa de la seguridad de los productos de consumo, así como los procedimientos que se llevan a cabo para la vigilancia del mercado, con ello se eliminarán diferencias presentes en la normativa vigente. Acelerar la eliminación de aquellos alimentos que puedan resultar peligrosos para el mercado comunitario. La trazabilidad será también otro tema importante a solventar, se pretende mejorar la capacidad de los reguladores a la hora de determinar la procedencia de un producto de consumo a lo largo de toda la cadena de suministro. Esto permitirá tener una capacidad de respuesta mucho más eficaz ante los posibles problemas de seguridad alimentaria, por otro lado se agilizará la recuperación de productos.
Para reforzar la seguridad de los alimentos europeos es necesario también que se delimiten las responsabilidades de todos los eslabones de la cadena de suministro, productores, fabricantes, importadores, distribuidores, todos ellos van a tener que proporcionar información sobre el origen de los productos. Esto era algo que se demandaba desde hace tiempo, posiblemente a raíz de los últimos escándalos alimentarios, como el tema de las hamburguesas de vacuno con carne de caballo en Irlanda y Reino Unido (y que posteriormente hemos podido saber que otros países también estaban afectados), ha podido precipitar este nuevo paquete de propuestas. Otro punto interesante es el refuerzo de los reguladores para que puedan rápidamente restringir la venta de un determinado producto que esté prohibido o que sea peligroso.
De nuevo se habla de reforzar la colaboración entre los distintos países miembros a través de los reguladores a fin de que la información sea conocida por todos de una forma más rápida y eficaz. En otras ocasiones se ha constatado que el tema del sistema de alertas no ha sido tan rápido y eficaz como debiera, ahora se trabajará en ello para que las notificaciones de productos peligrosos se realicen a través de procedimientos más ágiles y a cualquier país a través del Rapex, el sistema de alerta de la UE que facilita el intercambio informativo entre los estados miembros de una forma rápida. Es necesario aplicar una normativa coherente y común en toda la Unión Europea, es la forma en la que se puede mejorar la protección y seguridad de los consumidores y por ende, se podrá incrementar la confianza, sabiendo que adquieren alimentos mucho más seguros en cualquiera de los estados miembros.
La Unión Europea indica que con este paquete de medidas todo el mundo gana, a las empresas que cumplan la normativa, especialmente la pequeña y mediana empresa, les supondrá un ahorro. Por otro lado se destaca que la mejora de los procedimientos que verifican la seguridad de los productos elimina la competencia desleal, aunque en este sentido hay que decir que hecha la ley, hecha la trampa, siempre va a existir competencia desleal afán de lucro y otra serie de cuestiones que revierten al final en escándalos alimentarios.
Las propuestas se llevarán a cabo a lo largo de tres años, se empezará a mejorar la vigilancia de los mercados, se irán eliminando y puliendo lagunas en lo que respecta al sistema de vigilancia comunitario, se facilitarán recursos a los reguladores nacionales, eliminando duplicidades de procedimientos y aumentando la eficacia de la labor que desarrollan, etc. Claro, que todavía hay que presentar estas medidas en el Parlamento Europeo y a los correspondientes dirigentes de la UE, se estima que su aplicación se iniciaría en el año 2015, en nuestra opinión se sigue actuando con demasiada lentitud.
Foto | Ting Chen, Wing
1 comentarios
Sería posible pensar en lesgislar sobre un máximo de días que pasaran desde la obtención de la materia prima: cosecha/ faena/recogida/pesca hasta el primer procesamiento final de esta?
el ejemplo con la carne:
En Suecia se destapó el escándalo de findus con la carne de caballo en la lasaña. Esa carne dió demasiadas vueltas antes de convertirse en lasaña.
Aparte de que era de caballos de los cuáles no se sabe si eran aptos para consumo humano, pregunto:
cuánto tiempo pasó desde que los animales fueron beneficiados hasta que el primer paquete de lasaña salió al mercado?
y desde que la carne se descongeló por primera vez hasta la primera puesta en tienda en los diferentes países?
en cuantos diferentes lugares se almacenó?
cuantas veces se transportó?
hay alguna lógica para que un trozo de carne viaje por toda europa antes de entrar a una planta de proceso?
cuanto desgaste de energía y polución producen esos quilos de carne, sólo por el tranporte y almacenamiento innecesario?
Es esa la manera en que la globalización se entiende por las trasnacionales?
Por otro lado cabe preguntarse:
Estamos comiendo comida «vieja»?
Resulta que a los restaurantes les exigimos que sirvan comida fresca y que asuman como desecho la comida de más de un día, sin embargo vamos al supermercado y compramos comida preparada que quien sabe desde cuando se viene procesando…
Yo pienso que poner límites de tiempo y de veces que una materia prima cambia de mano ayudaría mucho a la producción y el desarrollo local de las comunas y de las regiones de los paises miembros.
Yo no veo ningún beneficio para los cerdos, los consumidores, los polacos, los españoles o el ambiente, en hacer viajar cerdos por días en transportes para ser procesados en polonia. y no veo ventaja en que los mismos cerdos faenados después viajen a rumania, y después a francia…o vuelvan en otro transporte a españa!
y viajen otros tres días. y de allí sean procesados…uno, dos o tres días más??
Honestamente: quen/es están ganado con esta manera de entender la globalización y la europización?