A principios de mes os hablábamos de la intención del gobierno de Irlanda de introducir un impuesto en las bebidas azucaradas con el propósito de intentar frenar el aumento de los índices de sobrepeso y obesidad del país, pero esta es sólo una de las diferentes medidas que se pretenden introducir. Una de las que ha propuesto el Ministro de Salud en el plan para reducir la obesidad en 10 años, es la propuesta para que los restaurantes de Irlanda den a conocer las calorías de sus menús, medida que no ha gustado al sector de la restauración porque teme que se pueda desalentar el turismo gastronómico.
La oposición llega a tal extremo que se declara que los restaurantes reconocidos con las estrellas de la Guía Michelin, podrían renunciar a ellas, y los que las fueran a recibir también, algo que dudamos. Recordemos que Irlanda cuenta con 10 restaurantes con estrella Michelin, House (Cliff House Hotel), Chapter One, L’Ecrivain, Aniar, Champagne y Lady Helen (Mount Juliet Hotel), Greenhouse, Loam, Eipic, OX y Patrick Guilbaud. Según la Asociación de Restaurantes de Irlanda (RAI), los restaurantes no van a querer trabajar con una legislación tan severa o draconiana.
El mencionado plan para combatir la obesidad (recordemos que la tasa de prevalencia de obesidad en Irlanda es la más elevada de Europa junto a la del Reino Unido) cuenta con medidas que no satisfacen a la industria alimentaria, al sector de la restauración, a los importadores, etc., por lo que quizá se terminen realizando modificaciones de modo que resulte aceptado por todos los segmentos que están implicados.
La nueva ley obliga a que los restaurantes detallen las calorías que tiene cada uno de los platos que aparecen en el menú, esta información debe estar presente en las cartas o en los sistemas utilizados con los que se realizan los pedidos, como por ejemplo los utilizados por las cadenas de comida rápida o comida para llevar. Para la RAI, esta es una propuesta que afectará de forma significativa a la rentabilidad de los establecimientos, ya que se calcula que los restaurantes deberán asumir un cargo de unos 5.000 euros a fin de poder adaptarse a los requisitos de la legislación.
También se asegura que esta medida va en contra de la promoción de la gastronomía irlandesa como un destino para quienes desean disfrutar del turismo gastronómico. Hay que destacar que ya en el año 2014 se realizó esta propuesta, y desde entonces, la asociación de restaurantes, entre otras, se han opuesto a ella. Para los pequeños establecimientos es una medida inviable, la RAI explica que este tipo de medidas sólo pueden ser asumidas por las grandes cadenas y cita como ejemplo la medida que se aprobó en Nueva York para que las cadenas con más de 15 franquicias incluyeran la información nutricional de sus menús.
Se augura una gran oposición en el momento en el que se anuncie la introducción de esta medida que debería haberse puesto en marcha junto al resto de medidas del plan ya hace algunos meses, pero se han producido algunos retrasos y de momento no se han instaurado. Según esta asociación, no se han tenido en cuenta algunos aspectos, como por ejemplo cómo se llevará a cabo la implementación, si se han tenido en cuenta los aspectos prácticos, como afectará a los restaurantes, etc.
Para la RAI, la nueva legislación podría disuadir a los comensales de una visita a un restaurante Michelin, ya que en algunos casos el menú puede alcanzar las 1.500 calorías sin bebidas, debido a que las elaboraciones contienen un alto contenido en grasas, sal, etc. No obstante, este tipo de restaurantes se visitan con poca frecuencia, y quien los visita lo hace para vivir una experiencia gastronómica sin tener que pensar en las calorías, el resto del año pueden seguir con la dieta habitual.
Ya veremos qué ocurre si se introduce la nueva legislación, pero todo apunta a que al final, el gobierno del país realizará algunas modificaciones para no sufrir esa fuerte oposición. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en el periódico digital The Journal.
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