Parece que este año nos llegan las castañas con algo de retraso (¿o somos un poco impacientes?), hace semanas que estamos pensando en este reconfortante fruto, una de las alegrías gastronómicas que nos trae el otoño, pero las pocas castañas que han llegado están a un precio desorbitado, al menos en una de las fruterías en las que compramos habitualmente, ¿más de 9 euros el kilo?… seguiremos esperando, si hay una buena campaña empezarán a abundar a final de octubre. Pero mientras tanto, vamos a conocer un poco más al fruto del castaño, principalmente nos vamos a centrar en sus propiedades nutricionales.
Relacionamos la castaña como un fruto muy nuestro, pero su consumo ha sido muy importante desde la antigüedad en buena parte de Europa, en el este y sudoeste de Asia, en Norteamérica… La mayoría conocemos las castañas de toda la vida, siendo uno de esos alimentos que gusta a todos, pocos niños se niegan a comer castañas cuando se han relacionado con fiestas, celebraciones o comidas especiales. Así lo vivimos nosotros, disfrutar de las castañas asadas podría ser comparable a disfrutar de turrones y polvorones en Navidad, o a las frutas de sartén en Semana Santa, pero resultando un alimento más sano y nutritivo.
Las castañas se consideran uno de los frutos secos menos calóricos, su composición nutricional está más cerca de los cereales que de los frutos secos. Es una interesante fuente de carbohidratos, se compara con el trigo, es más, en las dietas celíacas se suele sustituir la harina de trigo por harina de castañas (entre otras harinas sin gluten). Quizá no conocéis la harina de castaña, pero se trata de un interesante alimento para celíacos y para todos en general, el problema puede ser su precio.
La castaña, antiguamente denominada pan de pobres, es un alimento muy versátil, se puede comer cruda y cocinada, lo habitual es comerlas asadas si se van a tomar solas, también se asan, se hierven, se cuecen, se confitan, se fríen… para incorporarlas en distintas e innumerables recetas, a cuál más rica. Pero vayamos al tema que queríamos comentar, las propiedades nutricionales de la castaña.
SEH-LELHA > Tablas de Nutrición
Sobre estas líneas podéis ver la tabla nutricional de la castaña y también de la castaña asada, como cualquier otro alimento, con la cocción se modifican los valores nutricionales. Pero cuando se habla de las propiedades de los alimentos se hace referencia a cuando están en crudo, y en relación a 100 gramos de porción comestible, así que fijémonos en esa tabla. Como veis, las castañas contienen muy pocas calorías, unas 190 kcal., en comparación con frutos secos como las almendras, las avellanas, las nueces… que rondan las 500-600 kcal. por cada 100 gramos.
También hay una gran diferencia en el contenido proteínico y de carbohidratos, por ejemplo, las almendras contienen 18’7 gramos de proteína y 5’3 gramos de carbohidratos, frente a los 2’65 gramos de proteínas y 36’5 gramos de carbohidratos de las castañas. Un valor destacable que también mencionábamos son las grasas, las almendras contienen 54’1 gramos de grasa y las castañas sólo 2’2 gramos, además son en su mayoría poliinsaturadas.
Otros valores nutricionales a destacar de las castañas son su contenido en fibra, su aporte en minerales como el potasio, el hierro y el calcio, y de vitaminas C y E, además son bajas en sodio. La castaña es un fruto muy interesante y adecuado para casi todo tipo de dietas, muy pronto estaremos en plena temporada, así que hay que ir pensando en disfrutar de las castañas como snack saludable y como un ingrediente más de nuestros platos, y no sólo por sus bondades nutricionales, sus propiedades organolépticas también son dignas de elogio.
Foto | Dave Kirkham