Según una investigadora de la Universidad de Navarra, se podría promocionar la Dieta Mediterránea incrementando el precio del fast food, una medida que frenaría uno de los atractivos que ofrece la comida rápida y que contribuye a su promoción, un coste más económico. Paralelamente la investigadora propone que la Dieta Mediterránea sea subvencionada para que los precios de los productos puedan ser más reducidos y accesibles en estos tiempos de crisis económica.
Sobre el fast food con impuestos adicionales se ha hablado en varias ocasiones, desde hace algunos años, en países como el Reino Unido o Francia se ha propuesto gravar con más impuestos los productos de fast food a fin de reducir los índices de sobrepeso y obesidad existentes. En su momento, ya mencionamos que nos parecía gracioso que se pretendiera penalizar a los consumidores en lugar de penalizar a las empresas responsables de la elaboración y comercialización de estos productos. La promoción de la la Dieta Mediterránea aumentando el precio de la comida rápida no parece una medida efectiva ni justa.
Las cadenas de fast food viven un periodo de bonanza, la crisis económica les ha permitido experimentar un incremento significativo de sus ventas, sería interesante en este momento recordar el estudio realizado por Research International USA bajo el título “Fast Food Nation 2008, la perspectiva de los consumidores en la industria del Fast Food”, en él se muestran las claves y previsiones del crecimiento de esta industria, de ello hablábamos en el post Las cadenas de fast food continuarán creciendo.
La solución planteada por la investigadora parte a raíz de un estudio realizado con 17.000 estudiantes universitarios para conocer el tipo de dieta que mantenían. Al parecer, los precios más elevados de los productos de la Dieta Mediterránea, provocaban que la mayoría de los estudiantes se decantasen por los alimentos denominados fast food. Según la dietista-nutricionista María Manera, no es lógico que los productos de consumo de la Dieta Mediterránea sean más caros que los alimentos que ofrece el fast food si lo que se pretende es reconducir a la población hacia una alimentación sana y equilibrada.
Ahora citaremos una postura contraria ofrecida por la directora de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), ella indica que la crisis económica puede mejorar la dieta, ya que los consumidores retoman alimentos más económicos cuyo consumo se redujo significativamente con la pasada bonanza económica, un ejemplo serían las legumbres. Otro grupo de alimentos que retoman su papel en la gastronomía gracias a la crisis son la casquería, claro, que los alimentos que hemos mencionado se utilizan en los hogares y nada tienen que ver con los hábitos o gustos de la mayoría de los jóvenes universitarios.
En nuestra opinión, no es una solución gravar los productos de comida rápida con más impuestos para que los pague el consumidor (propuesta que al Gobierno le iría muy bien sabiendo que pretende aumentar el IVA para recaudar más fondos), la solución podría pasar por implantar la asignatura de educación nutricional en las escuelas, reducir los impuestos y subvencionar los alimentos contemplados en la Dieta Mediterránea, regularizando los márgenes de los intermediarios que, como sabemos, en algunos casos son verdaderamente especulativos, sólo hay que dar un vistazo a los datos que nos ofrece mensualmente el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos).
Soluciones como la que ha ofrecido Maira Bes-Rastrollo, parecen estar tomadas a la ligera y sin un profundo estudio del problema.
Foto | C.P. Storm