Un proyecto de ley pretende prohibir la sal en los restaurantes de Nueva York, concretamente el uso que los cocineros den a este condimento. La administración de Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, pretende que la sal se ofrezca a los comensales y que sean ellos bajo su responsabilidad quienes condimenten los platos. El punto de sal que otorgan los cocineros a sus platos desaparecería y la integración del condimento en las recetas elaboradas no ofrecería los mismos matices de sabor.
La decisión está relacionada con la alta tasa de neoyorkinos que sufren una elevada presión arterial y desde el ayuntamiento se anima a los consumidores a tomar menos sal. Prohibir las grasas perjudiciales u obligar a proporcionar fast food con leyenda calórica han sido algunas de las iniciativas de esta alcaldía que abandera sus decisiones bajo el deseo de mejorar la calidad de vida y la salud de los consumidores. Sin embargo, quizá sea una decisión extremista el hecho de prohibir la sal en los restaurantes bajo los criterios que hemos indicado.
La administración de Nueva York está convencida de que con esta iniciativa se lograrán reducir las muertes relacionadas con la hipertensión u otros problemas cardiovasculares. El proyecto se podría considerar como una acusación directa hacia los cocineros de la ciudad, y seguramente la carga de sal sea mucho más elevada en los alimentos y productos preparados que comercializa la industria alimentaria, también hay que añadir que los consumidores son quienes abusan de la sal.
El abuso del consumo de sal es una práctica extendida, sin darnos cuenta poco a poco sumamos gramos de sal en nuestra dieta en las diferentes comidas del día. Pero la iniciativa no servirá de mucho, poner el salero en la mesa del consumidor podría provocar el efecto contrario, al estar los platos sosos, se añadiría más sal que la que habría puesto el cocinero. Además, ¿no creéis que se acudiría menos a comer a los restaurantes?
De momento hay que decir que prohibir la sal en los restaurantes de Nueva York es sólo un proyecto de ley, si sale adelante, los cocineros que se atrevan a condimentar con sal sus platos podrían ser sancionados con multas de hasta 1.000 dólares (unos 725 euros).
Recordemos el post de las bebidas azucaradas con impuestos, medida que también anunciaba hace un par de años el ayuntamiento de Nueva York y con la que se pretendía, supuestamente, luchar contra el alto índice de sobrepeso y obesidad de los habitantes de la ciudad. Medida dudosa que parecía estar sujeta al déficit de las arcas municipales que se cifraba entonces en 15.000 millones de dólares, con este proyecto habrían obtenido una buena fuente de ingresos para aligerar el déficit. Ahora el tema se ha trasladado a nivel nacional, basta leer el post Americanos Contra los Impuestos sobre la Alimentación para conocer más detalles.
La Prohibición de la sal en los restaurantes neoyorquinos es el nuevo proyecto que se suma a la campaña que el alcalde de Nueva York puso en marcha para reducir el consumo de sal, ya veremos si el proyecto de ley sale adelante y pronto sabremos cómo lo reciben los cocineros de la ciudad. Puedes conocer más detalles sobre la noticia a través de la página del Senado de Nueva York, debéis consultar el proyecto de ley A10129 para prohibir el uso de la sal.
Vía | Telegraph