En este vídeo podemos ver uno de los procesos que se llevan a cabo en la producción avícola industrial, concretamente la producción de pollos y gallinas ponedoras. En los últimos 70 años han cambiado significativamente los sistemas de producción, hace varias décadas los pollos tenían un alto coste y se consideraba un alimento de lujo que sólo se consumía en determinados días festivos.
Fueron los estadounidenses quienes comenzaron a desarrollar nuevos sistemas de producción que resultarían mucho más rentables y viables, las nuevas explotaciones permitirían reducir el precio de venta al mercado de pollos y gallinas. El vídeo se centra exclusivamente en uno de los tramos de la producción avícola, la cría de pollitos destinados a ser gallinas ponedoras o pollos para la industria alimentaria.
Esta parte del proceso de la producción avícola industrial comienza con la recolección de miles de huevos fertilizados que son almacenados en bandejas e introducidos en cámaras especiales donde se reproducen las condiciones ambientales adecuadas para que los polluelos puedan desarrollarse, la temperatura mantenida es de 37º C y la humedad relativa es del 55%, salvo en los tres últimos días en los que esta se eleva a un 70% a fin de que la cáscara se ablande y los pollitos puedan romperla con más facilidad. El sistema productivo contempla también el giro de los huevos cada hora tal y como los girarían las gallinas en condiciones normales, este proceso de incubación dura unos 19 días.
A los 18,5 días los huevos se retiran de las cámaras de incubación y se verifica que son huevos fertilizados a través de un sensor infrarrojo que detecta la opacidad del contenido, si son traslúcidos indicará que son huevos que no han sido fertilizados y por tanto se retiran de la producción. Todo se aprovecha, estos huevos “defectuosos” se procesarán y convertirán en piensos para animales.
Los huevos son vacunados mediante la perforación de la cáscara contra el marek, enfermedad descrita en la década de los 80 también conocida como parálisis del ave, los pollos sufren una inflamación de los nervios que les producen parálisis en las patas y las alas. Esta enfermedad puede causar daños económicos importantes en la producción avícola, de ahí que los pollos se vacunen antes de salir del cascarón.
Tras la vacunación, los huevos se trasladan a unas bandejas donde terminarán eclosionando, este proceso dura un máximo de ocho horas, tras una espera de cuatro horas más, los pollos se muestran con el plumón seco, en este momento comienza la siguiente fase en la que los pollos serán separados de las cáscaras que los han anidado y serán sexados.
En el documental podemos ver que se utiliza el sexado por plumas, se comprueban las alas, en ellas existen dos tipos de plumas, las primarias y las secundarias, si ambas coinciden en tamaño el pollo es una hembra, por el contrario, si unas plumas son más largas que otras, el pollito es un macho. De todos modos y dependiendo de la raza, existen distintos métodos de sexado de pollos, por el color o por la cloaca (diferencias anatómicas de la cloaca del pollo).
Una vez diferenciados los sexos, los pollos se trasladan a través de cintas transportadoras a unas cajas donde se introducirán 102 pollos, resulta un poco impactante ver como se trabaja con seres vivos igual que si se trabajase con pelotas de tenis, es un sistema quizá un tanto falto de sensibilidad. Finalmente los pollos son sometidos a otro tratamiento, se vacunarán contra la bronquitis antes de llegar a su destino final, las granjas de engorde o de producción de huevos.
Nos ha sorprendido la conclusión final ofrecida en el documental de Discovery Channel, “si todo esto les ha disgustado, pueden consumir animales de granjas ecológicas o hacerse vegetarianos”. Evidentemente, un proceso más lento y natural proporcionará pollos de calidad superior tal y como se crían en las granjas ecológicas, pero también los costes serán más elevados. Aún así, merece la pena disfrutar de la calidad de los pollos ecológicos que producen.