Ayer se reunían los expertos de la Unión Europea que están estudiando el proceso de autorización de los alimentos transgénicos, en esa reunión se discutía especialmente si es necesario reforzar con más requisitos los trámites actuales que permiten aprobar este tipo de alimentos. Se trata de una tarea complicada, ya que existen opiniones diferentes al respecto.
Las conclusiones obtenidas en esta reunión serán presentadas al Consejo de Ministros de Medioambiente de la Unión Europea, ellos serán quienes decidan la nueva política a adoptar y sobre los pasos a seguir en la tramitación de transgénicos.
Coincidiendo con esta reunión sobre el proceso para autorizar alimentos transgénicos, el grupo ecologista Greenpeace actuó frente a la sede de la reunión colgando pancartas bajo el eslogan “Parad los OGM” con la finalidad de concienciar a los expertos y políticos sobre los riesgos asociados a los transgénicos (medida que resulta ineficaz). Como ejemplo, la organización ha tomado los datos obtenidos a través del estudio realizado por expertos de la Universidad de Viena en el que se concluía que los alimentos transgénicos pueden provocar infertilidad, concretamente los resultados obtenidos de las pruebas realizadas con la variedad de maíz NK 603 x MON 810.
Greenpeace reclama sobre todo estudios a largo plazo que determinen la inocuidad de estos alimentos para el medio ambiente y para el ser humano, además pide la implicación de otras agencias en el proceso de aprobación de los alimentos transgénicos, como por ejemplo la AESA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria).
Volviendo al tema de la reunión, en estos debates se abordan distintas cuestiones, las reglas de etiquetado en los productos alimenticios que contengan transgénicos, informes más detallados sobre el impacto ambiental, imponer nuevas reglas que eviten la «contaminación» de las zonas de cultivo transgénicos en las zonas de producción ecológica, etc. Pueden resultar conversaciones muy complicadas y por el momento parece que no existe consenso sobre el texto que debe ser presentado al Consejo de Ministros de Medioambiente, que debe ser aprobado por unanimidad.
Se baraja la posibilidad de que se apliquen las mismas medidas que hasta ahora se han aplicado pero con ligeras modificaciones, parece que el hecho de que se haya demostrado que la variedad de maíz NK 603 x MON 810 produzca infertilidad no ha planteado unánimemente realizar cambios significativos. Recordemos que no hace mucho hablábamos del plan secreto europeo para potenciar el cultivo de transgénicos que conocíamos a través de la publicación digital del Reino Unido The Independent.
Según esta publicación, en dicho plan participan un buen número de líderes políticos europeos que pretenden acelerar la producción biotecnológica e introducir nuevos alimentos transgénicos en la Unión Europea de forma rápida y sencilla. Evidentemente esta intención no casaría en absoluto con un resultado desfavorable de la revisión de las normas de seguridad sobre los alimentos transgénicos.
Por el momento sabemos que los países que forman la Unión Europea no se ponen de acuerdo y no se consigue en ningún caso aplicar medidas más contundentes sobre la aprobación de los transgénicos. Tal es la ausencia de consenso, que la Unión Europea ha ido aprobando nuevos transgénicos por no haber respuesta consensuada a favor o en contra, es decir, ante la duda se aprueban.
El papel de nuestro país es bastante evidente, recordemos que España es un campo de pruebas de alimentos transgénicos y además se aumenta la superficie cultivable de este tipo de alimentos año tras año, siendo el país de la Unión Europea donde más se cultivan.
Pronto conoceremos todos los detalles de las reuniones realizadas y si finalmente se aplicará una nueva política sobre los transgénicos, algo que realmente cuestionamos.
Vía | Consumer