Primeros níscalos

Hoy hemos hecho nuestra primera salida al bosque y hemos traído nuestros primeros níscalos, los que podéis ver en la foto, bueno, unos cuantos más que se salían del plato… la verdad es que ha sido una mañana muy fructífera.

Los níscalos son un tipo de setas conocido por todos, aunque dependiendo de la región en la que nos encontremos los níscalos reciben otros nombres como rovelló, robellón, esclata-sang, mízcalo, hongo royo o ziza gorri entre otros muchos nombres.

Hoy no es que hayamos recolectado muchos tras dos horas de agradable paseo por el bosque, pero suficientes para darnos un homenaje con invitados. El total en peso de nuestros primeros níscalos es de casi dos kilos, pero los hemos recogido en una zona que conocemos desde hace años y que en otras ocasiones hemos podido coger en el mismo tiempo hasta 5 kilos, de hecho, ahora es cuando están empezando a salir gracias a las lluvias de hace unas semanas.

Estos níscalos son de los montes de Fredes, un pueblo de la Comunidad Valenciana que se encuentra a 1.090 metros de altura, rodeado de frondosos bosques de pinos, robles, encinas, etc. No todos los bosques que allí se encuentran producen níscalos y tampoco se encuentran en grandes cantidades, ese es un secreto que cada buscador de setas encierra celosamente.

Los mejores níscalos son los que presentan un tamaño medio, su carne es compacta y agradable a la vista, como son más jóvenes es difícil que los parásitos hayan comenzado a disfrutar de ellos, estos concretamente están muy sanos.

Durante nuestra búsqueda no hemos encontrado ninguna llanega blanca, una seta ideal para elaborar con carne guisada que incluso se cotiza más que los níscalos y no es extraño dado el magnífico sabor que ofrece al paladar. Quizá en nuestra próxima salida las encontremos y podamos mostraros de qué forma las preparamos.

Los níscalos son una variedad de setas muy características, presentan un color anaranjado y un sombrero en el que se pueden apreciar los círculos concéntricos en tonos anaranjados casi rojizos. Otro detalle es su color óxido sangre (de ahí el nombre esclata-sang) debajo del sombrero, particularidad que se presenta con más notoriedad dependiendo de la zona donde se hayan recogido.

Son setas de gran calidad, ideales para hacer a la brasa o a la plancha con unas gotas de aceite y una picada de ajos, aunque eso dependerá del gusto de cada uno. Los que veis en las fotos se cocinarán esta noche de esta forma y los acompañaremos con una fougasse recién hecha y un buen vino, este es un detalle que aún debemos decidir.

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