Preparamos nuestro primer pan sin amasar para hacer unas pruebas, no teníamos intención de publicar nada hasta repasar bien esa moda del no knead bread, pero dado que no está nada mal el resultado de este primer pan que de verdad, necesita sólo diez minutos de dedicación, queremos empezar a promoverlo entre quienes todavía no se han atrevido a entrar en harinas, seguro que una vez probado el pan sin amasar, y repetido unas cuantas veces porque cuesta menos hacerlo que bajar a la panadería, se lanzan en la iniciación de la elaboración de panes más trabajados.
Fijaos cómo surgió la cosa, hacía meses que veíamos en muchos blogs, como este, que se podía hacer un buen pan simplemente mezclando los ingredientes básicos, harina, levadura, agua y sal, sin necesidad de trabajar la masa, sólo mezclar y darle su tiempo. No tenemos imagen para ilustrar ese momento de la ‘masa’ porque como comentábamos, no había intención de subirla al blog, pero era una masa pegajosa, deforme, únicamente se habían integrado los ingredientes esenciales.
Anoche, haciendo tiempo antes de ir a dormir estábamos en la cocina (y como las manos no pueden parar quietas) y en tres minutos pesamos y mezclamos los ingredientes para una masa de pan. Lo dejamos en el cuenco tapado y por la mañana la masa había doblado su volumen, el siguiente paso era sencillamente darle forma, dos minutos, y dejarlo levar una vez más, mientras tanto se va calentando el horno y después se hornea y listo. ¿Cuánto tiempo de trabajo crees que te va a llevar hacer tu primer pan sin amasar?
Ingredientes
- 400 gramos de harina de fuerza
- 100 gramos de harina de centeno
- 10 gramos de levadura fresca de panadero
- 10 gramos de sal
- 325 gramos de agua
- 25 gramos de aceite de oliva.
Elaboración
Hemos utilizado esta masa como podríamos haber elaborado la masa de Richard Bertinet blanca, pero es que el toque de centeno integral y el aceite de oliva, proporciona también un pan muy sabroso.
Casi os hemos explicado la elaboración del pan sin amasar en la entradilla, pero volvemos a ello. Pesando previamente los ingredientes, ponemos la mezcla de harinas en un cuenco, seguidamente deshacemos la levadura fresca frotándola con la harina hasta que desaparezca, movemos bien la harina para que se reparta (quizá sería mejor disolverla en el agua) y añadimos el agua, el aceite de oliva y la sal.
Con la mano, con una rasqueta de panadero flexible o con una lengua de silicona, mezclamos los ingredientes, cuando todos ellos se hayan unido, no amasar, cubrir con un paño y dejar toda la noche a temperatura ambiente en un lugar sin corrientes de aire.
Al día siguiente, vuelca la masa en la mesa de trabajo ligeramente enharinada, espolvorea también un poco de harina sobre la masa y forma una bola con ella, ponla en la bandeja del horno cubierta con una tela de cocción y vuelve a cubrirla con el paño. Deja levar una hora o hasta que doble su volumen en un lugar cálido y sin corrientes de aire. Precalienta el horno a 250º C.
Hoy no le hemos hecho ni greña, pero podéis hacerla si lo deseáis. Hornear el pan bajando la temperatura del horno a 200º C, durante 40 minutos o hasta que la corteza esté crujiente y dorada. Recuerda que conseguirás una corteza más crujiente si generas vapor en el interior del horno pulverizando agua antes de introducir la masa en el horno y a la mitad de la cocción. Merece la pena leer el post Problemas en la elaboración de pan.
Cuando retires el pan del horno, déjalo enfriar sobre una rejilla para que la base no quede húmeda, sino crujiente.