Hace unos días podíamos saber que, por fin, el año que viene entrará en vigor la prohibición del uso del dióxido de titanio (E-171) en los productos alimenticios de la Unión Europea. Se trata de un gran paso para mejorar la seguridad alimentaria que ha costado demasiado tiempo dar, a través de este artículo podéis conocer más detalles sobre la prohibición, pero también sobre los resultados de reevaluaciones anteriores favorables al aditivo.
El caso es que ahora, en la página de la Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea se ha publicado un artículo con preguntas y respuestas sobre la evaluación de la seguridad de la EFSA sobre el dióxido de titanio (E171). Se trata de preguntas generales que cualquier consumidor puede hacerse y cuyas respuestas son sencillas y fáciles de entender, qué es el dióxido de titanio, qué alimentos pueden contener este colorante, qué opinión tiene la agencia sobre el E171, etc.
El dióxido de titanio es un colorante que se utiliza para el blanqueamiento y el efecto opaco de determinados alimentos como salsas, sopas y caldos, productos de panadería, quesos, yogures, caramelos de color blanco, etc., aunque también se puede encontrar en otros productos como los compuestos multivitamínicos o los productos de cosmética, entre otros. Su función principal es hacer que los alimentos sean visualmente más atractivos, dar color a los alimentos incoloros o restaurar la apariencia original de los alimentos.
La EFSA determinó en su última reevaluación que existe evidencia de la genotoxicidad del aditivo en cuestión, es decir, los posibles daños genéticos que puede causar. La agencia consideró que no se podía determinar un nivel seguro sobre la ingesta diaria, por lo que era necesario prohibirlo. Si queréis saber más sobre la genotoxicidad y las sustancias genotóxicas, os recomendamos acceder a este post donde se habla del tema y sobre cómo la ciencia ayuda a evitar estas sustancias sean naturales o artificiales en los alimentos.
La prohibición de la UE entrará en vigor a principios del año que viene pero, ¿habría que dejar de consumir productos alimenticios que contengan el dióxido de titanio desde ya? En este caso la EFSA no se ha pronunciado y remite que es la Comisión Europea y los Estados miembros los que deciden y los que deben adoptar las medidas oportunas, ya que la agencia sólo se encarga de ofrecer asesoramiento científico. Como podemos comprobar, se siguen comercializando productos con este aditivo porque la prohibición no entra en vigor hasta 2022, pero ya hay varias organizaciones de consumidores que recomiendan evitar estos alimentos hasta que no contengan el aditivo en cuestión.
La EFSA se reafirma en su cometido y comenta que no prohíbe el dióxido de titanio, su papel se centra en la evaluación del aditivo y nada más, explica que cualquier decisión legislativa o reglamentaria sobre las autorizaciones de aditivos alimentarios es responsabilidad de los gestores de riesgos, es decir, la Comisión Europea y los Estados miembros. Sin embargo, hay que decir que los resultados de sus evaluaciones y recomendaciones son determinantes, por lo que no estaría mal que se implicará un poco más y dado el riesgo de genotoxicidad, quizá debería recomendar prohibir su uso sin tener que esperar a 2022.
En definitiva, da la impresión de que la agencia actúa de forma independiente o dependiente según la sustancia que se evalúe, decimos esto porque en el caso del glifosato, se implicó mucho más defendiendo su inocuidad. Este conjunto de preguntas y respuestas es muy limitado, por eso, para ampliar la información puede ser buena idea consultar los siguientes artículos para tener más claros los posibles riesgos del controvertido colorante alimentario:
Se demuestra que las nanopartículas de dióxido de titanio se extienden por todo el organismo
Las nanopartículas de dióxido de titanio pueden afectar a los procesos digestivos
Foto 2 | wuestenigel