En varias ocasiones hemos hablado de la necesidad de ser proteccionistas con los alimentos que se producen en nuestro país, ya que de lo contrario, se corre el riesgo de destruir el tejido agroindustrial español. Hemos mencionado muchos ejemplos sobre la compra de alimentos a terceros países que dejan en un segundo lugar los alimentos que se producen en España, a pesar de ello, hoy queremos mencionar uno más y esperamos que sirva para concienciar a los consumidores para que aboguen por el producto nacional y no permitan que grandes superficies y otros intermediarios acaben con la agricultura española.
A la pregunta de si prefieres cebollas frescas de España o importadas hay que añadir algo más de información, que las cebollas autóctonas como las que se producen en Andalucía, cuentan con todas las garantías en materia de seguridad alimentaria y son de la máxima calidad, además, comprar cebolla nacional en lugar de cebolla de otro país ayuda al mantenimiento de la huerta española, se reduce la huella del carbono, se mantienen puestos de trabajo, etc. Pero, lamentablemente, muchos consumidores no leen las etiquetas de producto y no saben que se trata de cebolla importada y esto no ayuda a solucionar el problema que ahora relataremos.
El año pasado COAG Andalucía y otras organizaciones agrarias denunciaban que las grandes superficies comercializaban cebollas importadas de otros países, a pesar de que en el nuestro había empezado la campaña de la cebolla de Andalucía. Esto provocó que no hubiera compradores de cebolla nacional, lo que supuso una campaña ruinosa para los productores andaluces. Las grandes superficies eran conscientes de la situación y se esperaba que este año se abogara por el producto nacional, pero no ha sido así. En el vídeo podéis escuchar la explicación que daba un agricultor dedicado al cultivo de cebolla el año pasado.
https://twitter.com/COAGANDALUCIA/status/1255155508924878848?ref_src=twsrc%5Etfw
Este año, estos grandes centros de distribución han optado otra vez por comercializar en sus lineales cebollas de México, Nueva Zelanda, Perú, Holanda, etc., y eso a pesar de que nos encontramos en plena campaña de cebolla fresca en Andalucía desde hace dos semanas. Hablamos de cebollas, pero ocurre con muchos otros productos alimenticios, a los intermediarios les resulta más rentable importar, el beneficio económico es más importante que la calidad del producto, que reducir la huella de carbono, que ayudar a mantener el tejido agroindustrial y la economía nacional… Por ello, reivindicar el proteccionismo es casi obligado, de lo contrario la huerta española se irá reduciendo año tras año incrementando la dependencia de los alimentos de otros países, y sin las máximas garantías de calidad y seguridad.
Los productores nacionales se han adaptado a la demanda de mercado y han cultivado las variedades exigidas por las cadenas de alimentación, además de cumplir con ciertos estándares de mercado, por ejemplo, que se trate de cebollas de tamaño mediano, que sean redondas y que tengan mucha consistencia. Un aplauso para estas cadenas que están contribuyendo al desperdicio alimentario al desechar producto que, aunque pueda no cumplir con sus estándares por la forma o tamaño, no carecen de calidad. Y a pesar de cumplir con las exigencias, grandes superficies y cadenas de distribución han vuelto a apostar por producto de terceros países, esto ha provocado que las cebollas sigan en el campo sin ser recogidas por falta de precio y comprador, lo que resulta indignante.
Por ello, desde COAG Andalucía se pide a las grandes superficies y a otros intermediarios un compromiso y responsabilidad social con el sector agrícola y la economía nacional, pero, habría que añadir que los consumidores tenemos la sartén por el mango y somos quienes podemos hacer mucho para cambiar la situación. Basta con leer las etiquetas y comprar los alimentos agrícolas de producción nacional, eso puede obligar a que se llegue a acuerdos con productores españoles, dejando como secundario el producto de terceros países.
Primero se debe comercializar lo que se produce en nuestro país y si falta, es cuando se puede importar, por ello debemos ser más proteccionistas y más con productos de calidad certificada y cumpliendo todos los parámetros de seguridad alimentaria. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en Cuaderno Agrario.
Foto | VIc Lic