Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Almería y concretamente del ceiA3 (Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario), existen posibles riesgos al cocinar alimentos en recipientes de plástico aptos para microondas, ya que se ha constatado que ciertos compuestos de los recipientes pueden migrar al alimento que se cocina, formándose además sustancias in situ que se desconoce cómo podrían afectar a la salud.
Los investigadores comentan que cocinar alimentos dentro de materiales plásticos aptos para microondas (en el caso de las patatas), aumenta la migración de IAS (sustancias añadidas intencionalmente) y NIAS (sustancias no añadidas intencionadamente), compuestos que se utilizan en la fabricación de materiales y objetos plásticos que pueden contener impurezas a causa de los procesos de extracción y fabricación, y posteriormente, durante su uso, pueden formar otras sustancias de reacción y degradación que pueden migrar a los alimentos.
Parece que es la primera vez que se ha detectado la formación in situ de NIAS en productos alimenticios, en este caso el trabajo se realizó con patatas que fueron cocidas en el microondas en un recipiente de plástico apto para ese uso. Estos envases plásticos reciben tratamientos específicos para que puedan soportar altas temperaturas, de lo contrario se fundirían o facilitarían la migración de sustancias perjudiciales hacia los alimentos. Los expertos comentan que en este sentido, la comida envasada y preparada para calentar en el microondas que se comercializa en los supermercados, debe superar una serie de procesos para poder garantizar la seguridad alimentaria.
Los recipientes plásticos aptos para microondas pueden ser una fuente de sustancias tóxicas, se pueden citar como ejemplo los polímeros de polipropileno que se suelen emplear como materiales seguros en los envases alimentarios. Pero recientes investigaciones ponen en duda su seguridad al constatar que se produce una migración de sustancias plásticas o subproductos a los alimentos, que a su vez, tras el consumo, pueden acceder al organismo humano.
Hasta la fecha no se había llevado a cabo una evaluación exhaustiva de los alimentos que están en contacto con los materiales plásticos durante el proceso de cocción. Y los expertos muestran en su investigación que los componentes plásticos presentes en esos recipientes aptos para microondas, pueden reaccionar con sustancias naturales presentes en los alimentos generando nuevos compuestos.
En el caso de las patatas del estudio, los expertos identificaron polímeros que se transfieren sólo cuando se cocinan las patatas dentro de la bolsa de plástico en el microondas. Se detectó un compuesto desconocido formado por dos moléculas, una era la maltosa producida por la cocción de algunos alimentos y que es perjudicial por su alto índice glucémico. La otra molécula procedía de un producto sintético y hasta la fecha sin identificar, considerando que se formó in situ debido a las reacciones químicas producidas entre el plástico y las patatas cuando se procede al calentamiento en el microondas.
A esto hay que añadir que se ha descubierto que las sustancias de polipropilenglicol u óxido de polipropileno presentes en el envase plástico apto para microondas, se transfieren a los alimentos durante la cocción. La identificación de estas sustancias formadas in situ se ha podido realizar gracias a la espectrometría de masas de alta resolución de última generación y estrategias basadas en la metabolómica.
Como decíamos, el estudio se ha realizado con patatas, ahora los expertos preparan nuevas investigaciones para determinar si ocurre lo mismo con otros alimentos, así como llevar a cabo una evaluación de las moléculas tanto in vitro como in vivo, para comprobar sus efectos en la salud humana. Podéis conocer todos los detalles de este estudio a través de este artículo publicado en la página del ceiA3, y de forma más detallada en este otro publicado en la revista científica Food Chemistry.
Foto 1 | Starmaid Products